martes, 27 de diciembre de 2011

La batalla de Roncesvalles y el Cantar de Roldán (1ª Parte)

"En el año 778, el rey Carlos vino a Zaragoza: tenía en ese momento doce sobrinos y cada uno de ellos contaba con tres mil caballeros armados; entre ellos  se puede mencionar a: Roldán, Bertrand, Ogier el de la espada corta, Guillermo el de la nariz corta, Olivier y el obispo Turpín. Cada uno de ellos  acompañaba junto a su séquito al rey durante un mes del año" (1)

Así nos narra la entrada de Carlomagno en España una nota escrita en alfabeto visigodo hallada en un manuscrito en San Millán de la Cogolla. Peró ¿qué le  impulso al señor de Europa a entrar en España, un territorio convulso e invadido por el poderoso ejército musulmán?.

En el año 777 en Paderborn, como todos los años, Carlomagno y sus francos se reúnen para hacer balance de sus campañas guerreras, en esta ocasión se  presentaron ante ellos unos embajadores musulmanes, representantes de tres ciudades españolas, por una parte Sulayman Al-arabi, gobernador de Barcelona,  Al-Husain ibn Hubada de Zaragoza y el valí de Huesca del que no sabemos su nombre.

(Retrato de Carlomagno, por Alberto Durero. Se pintó varios siglos tras su muerte; el escudo de armas situado encima de su cabeza muestra el águila alemana y la flor de lis francesa) 

Aquellos hombres extraños de tez oscura, traían una interesante propuesta al emperador: establecer una alianza militar para hacer frente al emir de  Córdoba, pues todos ellos eran enemigos incondicionales de Abderramán I, emir del más importante reino de España que con su política centralista amenazaba su autonomía. Al-Husain, ofrecería incluso que las  huestes de Carlomagno pudieran entrar por su territorio hasta Zaragoza y desde allí, una vez pertrechados y abastecidos, organizar la lucha contra  Abderramán I. Además se le compensaría con algunos territorios de los Pirineos.

Carlomagno anunció que esta sería una buena oportunidad para liberar a los cristianos en territorio musulman del otro lado de los Pirineos, pero realmente  tenía intenciones expansionistas sobre el antiguo territorio del reino de los visigodos, el rico Al-Andalus era un manjar muy suculento que no podía  menospreciar.

"Marchó a Hispania con todas las fuerzas disponibles, y salvados los montes Pirineos, logró la sumisión de todas las fortalezas y castillos que encontró"(2)

Así pues, Carlomagno reune a un poderoso ejército compuesto por hombres de todos sus territorios y reinos sometidos. Grandes columnas de soldados cruzan  los Pirineos por sus dos extremos; por el este, cerca del Mediterraneo con el Duque Bernardo al frente. Y por el oeste, en Navarra encabezada por el propio  emperador que va acompañado por sus grandes del reino, entre ellos el Conde Roldán. Ambos ejércitos se reunieron finalmente en Pamplona, donde se les unen  también las fuerzas del valí de Barcelona, Sulayman.

Desde allí, parten todos juntos hacia Zaragoza. Aquel enorme ejército, acampó a las puertas de la  ciudad, fuera de sus murallas, esperando que se abrieran las puertas como ya se había acordado con Al-Husain.

(Abd Ar-Rahman ibn Mu'awiya ibn Hisham ibn Abd al-Malik, conocido como Abderramán I (Damasco, 731 - Córdoba, 788) fue un príncipe de la dinastía omeya que tras diversos azares se convirtió en el primer emir independiente de Córdoba en el 756. Tuvo que hacer frente a las conspiraciones de algunos gobernadores árabes que pidieron ayuda a Carlomagno para librarse del centralismo impuesto por el emir. Esta es una estatua de Abderramán I en la localidad granadina de Almuñécar)

Pero Al-Husain tuvo temor de dejar entrar en su rica ciudad a aquella horda de soldados hambrientos de riquezas o bien cambió de planes en el último  momento, lo cierto es que protegido por el Ebro a modo de foso y por las antiguas y fuertes murallas romanas de la ciudad no quiso continuar con lo pactado  y cerró el acceso a Zaragoza.

"Sucedió que el rey se detuvo en Zaragoza junto a su ejército al cabo de poco tiempo: recibió el consejo de los suyos de que aceptara numerosos presentes para que el ejército no muriera de hambre y pudiera regresar a la patria. Lo que fue hecho."(1)

Carlomagno, contrariado y decidido a no dar la vuelta, se aprestó al asedio. Pero los meses pasaron sin que las defensas dieran muestras de flaqueza, la  inactividad y las noticias de que los sajones se habían revelado en las fronteras del norte de su reino, hicieron que el emperador levantara el campamento  y se retirara con sus fuerzas hacia la frontera. Sin embargo, al pasar por Pamplona, los habitantes también le cerraron sus puertas por temor a la  venganza. A pesar de las riquezas que había conseguido en esta campaña, de llevar como rehén a Sulayman y de no haber sufrido desgaste en batalla alguna.

(De vuelta de su expedición a Zaragoza, Carlomagno destruye las murallas de Pamplona para que esta ciudad no pudiera rebelarse, murallas que procedían de la dominación romana desde los tiempos de Pompeyo. El método universal de defensa contra los asedios es la utilización de las fortificaciones, principalmente murallas y canales, para suplementar las protecciones orográficas del asentamiento) 
 
Carlomagno no tiene ninguna victoria que contabilizar y tiene la sensación de haber sido utilizado y de haber perdido el tiempo, por lo que arremete con  saña contra Pamplona y deja que sus soldados se desfoguen y saqueen sin piedad la ciudad, manda derribar sus murallas. Posteriormente se retira a sus  dominios al otro lado de los Pirineos a sofocar la citada revuelta de los sajones, pero arrasa todo lo que puede a su paso.

No fue esta una campaña exitosa. Sería en años posteriores cuando realmente Carlomagno consiguiera objetivos importantes, por ejemplo  la ocupación de  Gerona en el 785, la toma de Barcelona en el 801 o la fundación de un pequeño condado pirenaico en el 806 que sería el origen del futuro reino de Aragón.

(El Imperio Carolingio en toda su extensión. La Marca Hispánica era el territorio comprendido entre la frontera político-militar del Imperio carolingio con Al-Ándalus y los Pirineos, desde finales del siglo VIII hasta su independencia efectiva en diversos reinos y condados)

Sin embargo, esta campaña fue la que se recordaría en todos los cantares de gesta de la época, todos los juglares cantarían lo que aconteció en aquellos  tiempos en un lugar llamado Roncesvalles, cuando las tropas del emperador regresaban a Francia atravesando los Pirineos. Allí es donde surgiría el famoso  "Cantar de Roldán", el más importante poema de la épica medieval francesa, compuesto a finales del siglo XII y que sería el origen de un enorme ciclo épico   en toda Europa.

"El rey a continuación decidió que para preservar la seguridad de los hombres del ejército, el valeroso guerrero Roldán permanecería en la retaguardia" (1)

Continuará... 


(1) Nota hallada en el manuscrito 39 de San Millán de la Cogolla.
(2) Eghinardo, biógrafo de Carlomagno en el relato "Vita Karoli Magni", realizado 50 años después.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

"La adoración de los Magos, Diego Velázquez, 1619. Óleo sobre lienzo 204 cm × 126,5 cm. Museo del Prado, Madrid"


Desde España Eterna os deseamos a todos Feliz Navidad y que se hagan realidad todos vuestros deseos.



lunes, 5 de diciembre de 2011

La primera Constitución de España. Cádiz 1812 (2ª Parte)

La Junta Central encontró refugio en Cádiz ante el empuje invasor francés. La apertura de la asamblea se hizo en septiembre de 1810 el lugar elegido fue el Teatro Cómico de la Isla de León. La situación era angustiosa pues por si fuera poco, se desató una epidemia, probablemente de tifus, que afortunadamente no fue a más, pero las Cortes de Cádiz se trasladaron a la Iglesia de San Felipe Neri en Cádiz.

 (Imagen de la Constitución de 1812, una de las obras custodiadas en la Biblioteca Nacional de entre los riquísimos fondos que contiene)

El número de diputados que participaron en este proyecto fue variable a lo largo del tiempo. En un primer momento fue de unos 100, pero los que la firmaron llegarían a ser unos 185 y cuando se realizó la sesión de clausura de las Cortes Extraordinarias llegaron a ser 223. Sus orígenes fueron diversos, procedían de todas partes de España y también había alguno de origen americano y es bien conocido que esta Constitución pretendió igualar a todos los súbditos españoles dando los mismos derechos y deberes a los habitantes de España y a los de América.

Hubo muchas dificultades para el traslado de los diputados elegidos hasta Cádiz y por ello muchos tuvieron que ser sustituidos por otros naturales también, de las provincias representadas que en ese momento estaban allí en Cádiz. La mayoría de ellos eran funcionarios, abogados, eclesiásticos etc...

(Placa conmemorativa de la Jura de la Constitucion de 1812 en Cádiz)

Entre todos los representantes que allí pudieron congregarse, pronto se distinguirían dos grupos claramente diferenciados; los absolutistas, partidarios del viejo orden que había regido los destinos de España hasta la fecha y que eran llamados "serviles" por sus enemigos. Y los llamados liberales, partidarios de grandes reformas y de cambiar de una vez por todas el Antiguo Régimen. Fueron casi siempre estos últimos los que llevarían la voz cantante, ayudados por el ambiente de euforia que se vivía en Cádiz, atestado de liberales, incluso el clero allí tenía muchos partidarios de las nuevas ideas.

La prensa también ayudó mucho a la expansión de las ideas liberales, gracias a que en 1810, las Cortes decretaron la libertad de imprenta. El final de la censura dio lugar a encendidas tertulias, se opinaba con total libertad en puntos de reunión como los cafés, salones, plazas, calles. Después de tantos años de censura, se podía por fin  leer obras antes calificadas como prohibidas. Se multiplicaron los periódicos y todo tipo de publicaciones por ejemplo "El conciso", "El Semanario Patriótico", "El Robespierre Español" etc...

 (Monumento a la Constitución de 1812 en Cádiz)

Los cafés se convierten en espacios para la discursión, para el debate de las nuevas ideas sin censura alguna, aquellos espacios dejaron su nombre en la historia como el Café de Cárdenas o El León de Oro entre otros. Allí tuvieron lugar acaloradas discursiones basadas en las publicaciones, como las del "Semanario Patriótico", que se hacían tras las sesiones de las Cortes. Todo esto dentro de un tenso panorama por el sitio al que se estaba sometiendo a la ciudad de Cádiz.

 (Monumento a la Constitución de 1812 en Cádiz. Detalle)

A pesar de todo, el trabajo en las Cortes fue muy duro y su labor legislativa enorme. Algunos de los decretos tuvieron como objetivo abolir algunas instituciones del Antiguo Régimen, como por ejemplo el Régimen Señorial de la propiedad de la tierra, la abolición de la Santa Inquisición, e instituciones oríginarias del medievo como los gremios por creer que coartaban la libertad del individuo.

El debate sobre la abolición de la Santa Inquisición fue uno de los más apasionados. Los liberales, influidos por las ideas ilustradas y de la Enciclopedia y los principios de la Revolución Francesa, veían en el Tribunal a un enemigo claro de la libertad y de la tolerancia y pedían su abolición inmediata. Hubo  publicación de numerosos escritos a favor de este punto como el del liberal Antonio Puigblanch que publicó con el seudónimo de Natanael Jomtob "La Inquisición sin máscara, o disertación en que se prueban hasta la evidencia los vicios de este tribunal y la necesidad de que se suprima" primero en fascículos y luego en un volumen, entre 1811 y 1813. La obra se tradujo rápidamente a otros idiomas :

"Cuando trato de destruir la Inquisición por sus cimientos, entiendo cumplir con uno de los principales deberes, que imponen a todo ciudadano la humanidad y religión juntas, ofendidas atrozmente y por una serie dilatada de siglos en este tribunal. ¡Ojalá pudieran mis fuerzas llenar la extensión de mis deseos, así como ha herido mi sensibilidad por todos sus puntos la idea que después de un maduro examen he formado  de su viciosa constitución y de los abusos que debieron serla consiguientes!."

(Página de la Constitución de 1812 donde aparecen los primeros artículos, merece la pena pinchar sobre ella para ver en detalle las ilustraciones)

El 22 de febrero de 1813, la Inquisición fue declarada "Incompatible con la constitución política de la monarquía". Al día siguiente el Tribunal era suprimido. Está situación no evitó que las antiguas funciones inquisitoriales fueran asumidas por Juntas de Fe o Tribunales de la Fe que funcionaban por cuenta propia en las diferente diócesis eclesiásticas. Estos tribunales conseguían superar al poder civil del Estado con el apoyo de las autoridades locales. El conde de Toreno, consideraría que la abolición del Santo Oficio fue uno de los grandes logros de las Cortes de Cádiz :

"Inmarcesible gloria adquirieron por haber derribado a éste las Cortes extraordinarias congregadas en Cádiz. Paso previo era su abolición a toda reforma fundamental en España, adelantar en la civilización moderna" 
 
Pero la ley de mayor trascendencia que se aprobó en las Cortes de Cádiz, fue sin duda la Constitución, base de toda la reforma del Antiguo Régimen y de toda su estructura y entramado político. Esta Constitución de 1812 propone un Estado basado en la división de poderes :

1) El monarca sería el encargado del gobierno y la adminisración.
2) La potestad de la creación de las leyes recaería en las Cortes, aunque el Rey debía sancionarlas y podía vetarlas hasta dos años.
3) Por otra parte los Tribunales de Justicia serían los responsables de aplicar la Ley. 

Este sistema resultó tan avanzado y eficaz para la época, que se tomaría como modelo para posteriores costituciones europeas y americanas.

El texto definitivo de esta Constitución  se promulgó el 19 de marzo 1812, el día de San José, de ahí el nombre popular de "La Pepa" que más tarde se le daría. A pesar de la cercanía del ejército francés y del trascurso desfavorable de la guerra, las muestras de júbilo se sucedieron por doquier y los cronistas cuentan que se oían vítores y aplausos por toda la ciudad. Se formó una comitiva de diputados que recorrieron las calles entre las muestras de alegría del resto de ciudadanos.

(Fernando VII de Borbón, San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784 - Madrid, 29 de septiembre de 1833. Entre 1814 y 1820 restauró el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz y persiguiendo a los liberales. Tras seis años de guerra, el país y la Hacienda estaban devastados, y los sucesivos gobiernos fernandinos no lograron restablecer la situación.)

La redacción del artículo 1 constituye un claro ejemplo de la importancia que para la Constitución tuvo América. Fue el primero, y por ello, el más importante. Este es su famoso texto:

Art. 1 "La nación española es la reunión de los españoles de ambos hemisferios."

Otros artículos a destacar por su claridad e importancia :

Art. 2 "La Nación Española es libre e independiente , y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona."

Art. 3 "La Soberanía reside esencialmente en la Nación, y pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales."

Art. 6 "El amor de la Patria  es una de las principales obligaciones de todos los españoles, y asimismo el ser justos y benéficos."

Art. 15 "La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey"

Art. 168 "La persona del Rey es sagrada e inviolable y no está sujeta a responsabilidad."

Art. 172 "No puede el Rey privar a ningún individuo de su libertad ni imponerle pena alguna."

Art. 247 " Ningún español podrá ser juzgado en causas civiles ni criminales por ninguna Comisión, sino por el tribunal competente determinado por la ley."

Para perpetuar en el recuerdo aquellos días en que se creó nuestra Constitución, se acuñaron medallas y hubo multitud de publicaciones, de tal manera que la noticia corrió como la pólvora por toda España, que se fue sumando a la celebración, en la medida que lo permitía la ocupación francesa.

En 1814 los franceses se retiraron y los patriotas de Cádiz pudieron salir de aquel baluarte e incluso viajar a Madrid, con la esperanza de que aquella Constitución, fraguada en el sur de España, se impusiera como modelo válido de gobierno en un país unificado y liberal. Pero todo aquello quedó en nada cuando Fernando VII volvió a España y firmó en Valencia un decreto en el que no sólo no aceptaba ni reconocía la Constitución sino que la declaraba nula y todos sus decretos nulos también y sin ningún efecto, esto se expresa claramente en el llamado Decreto de Valencia de Fernando VII, del que extraigo este fragmento :

"...declaro que mi Real ánimo es, no solamente no jurar ni acceder a dicha Constitución, ni a decreto alguno de las Cortes generales y extraordinarias ni de las ordinarias actualmente abiertas (...), sino el de declarar aquella Constitución y aquellos decretos nulos y de ningún valor ni efecto, (...) como si no hubiesen pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos de cualquier clase y condición a cumplirlos y guardarlos.

Dado en Valencia a 4 de Mayo 1814. - Yo el Rey."

El 11 de mayo los diputados recibieron la orden de disolución, mientras los partidarios del Rey recorrían las calles de Madrid al grito de :

" ¡ Viva la religión!, ¡abajo las Cortes !, ¡ viva Fernandop VII !, ¡ viva la Inquisición ! "

Comenzaba la restauración del absolutismo, pero la huella de la Constitución de 1812 creada en las cortes de Cádiz quedaría para siempre impresa en la historia de España, ya nada volvería a ser como antaño y su legado no sólo afloraría poco tiempo después en nuestra historia, también su recuerdo serviría de ejemplo para futuras constituciones que estaban por nacer en Europa y América.

Fin.


Curiosidades :


» En 1810, las Cortes decretan la libertad de imprenta. El final de la censura dio lugar a encendidas tertulias en los puntos de reunión. Los periódicos se compraban y se leían en alto en los salones, los cafés o las plazas.

» Muchos fueron los que se alistaron en los batallones de defensa, enardecidos por las nuevas proclamas. Entre los batallones de defensa de la ciudad de Cádiz, estaban los llamados "lechuguinos" llamados así por el color verde de su uniforme, aunque también se atribuyó a que la mayoría pertenecían a los barrios de extramuros, donde se cultivaban las lechugas.

» La constitución establecía el sufragio universal masculino indirecto. A pesar de que las mujeres no tenían derecho a voto, ellas tuvieron un papel muy destacado en todo el proceso constitucional, muchas damas adineradas mantenían salones de tertulias donde se debatían las nuevas ideas, hubo también mujeres periodistas como Carmen Silva o articulistas como María Manuela López de Ulloa. Incluso había un periódico exclusivo para mujeres "El amigo de las damas" una publicación que trataba de explicar cuál era el lugar que se quería dar a la mujer en la sociedad constitucional.

» El exaltado pueblo de Cádiz también inventó sus proclamas y canciones tal como lo hicieron en su tiempo los revolucionarios franceses. Una canción del estilo de la Marsellesa, decía :


"...
Recordemos, amigos, la gloria
que logramos un tiempo ganar:
nuestro brazo la Europa temía,
nuestro brazo enfrenaba la mar.
Hijos somos de aquellos valientes,
cuyos hechos el orbe admiró,
cuyo esfuerzo la América y Flandes
y la Italia y la Francia domó.
...
Si el francés con ficciones villanas
nuestro Rey consiguió cautivar,
no por eso consienta soberbio
que podrá su inocencia burlar.
La virtud le cubrió con su escudo;
la Justicia su espada sacó,
de Fernando defiende la vida,
y del Corso la ruina juró.
...
Los fuertes aceros,
patricios guerreros,
al punto empuñad:
marchad, sí, marchad.
Resuene el tambor,
veloces marchemos,
y la sangre Española venguemos
derramada con ciego furor.

Fuentes :
 
» Artola, Miguel: «Orígenes de la España contemporánea», Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 2000; Las Cortes de Cádiz, Ayer, 1, 1991.
» Chust, Manuel: «La cuestión de la nación americana en las Cortes de Cádiz», Valencia, UNED-UNAM, 1998.
» Rodríguez, J. E.: «La independencia de la América española», México, FCE, 1996.» Pérez Garzón, Juan Sisinio: «Las Cortes de Cádiz», Síntesis, Madrid, 2007.

martes, 22 de noviembre de 2011

La primera Constitución de España. Cádiz 1812 (1ª Parte)


-¿Juráis la santa religión católica, apostólica, romana sin admitir otra alguna en estos reinos?

 -¿Juráis conservar en su integridad la nación española y no omitir medio alguno para libertarla de sus injustos opresores?

 -¿Juráis desempeñar fiel y legalmente el encargo que la nación ha puesto a vuestro cuidado, guardando las leyes de España, sin perjuicio de alterar, moderar  y variar aquellas que exigiese el bien de la nación?

-Si así lo hiciéreis, Dios os lo premie, y si no, os lo demande.


Así repitieron uno por uno cada uno de los diputados que se reunieron aquella mañana del 24 de septiembre de 1810 en representación de todas las ciudades y  territorios de España, en la isla de León (la actual San Fernando en Cádiz). Todos ellos juraron con determinación tras la misa oficiada por el cardenal arzobispo de Toledo, don Luis de Borbón. Así nacía la primera Constitución Española.


(Portada de una edición de la Constitución de Cádiz de 1812, Biblioteca Nacional. Madrid. Si os fijáis en el detalle, aparecen en la parte inferior unas cadenas que representan al despotismo)

Una vez terminada la misa, los participantes de aquel hecho histórico trascendental en nuestra historia, se trasladaron al Salón de Cortes  situado en el Teatro Cómico de la Isla de León. Allí el presidente del Consejo de Regencia pronunciaría un discurso y posteriormente quedaron formalmente inauguradas las Cortes Generales extraordinarias, que quedarían grabadas para siempre en los libros de historia como las Cortes de Cádiz.

Ese mismo día se aprobó el primer decreto por el que los diputados se proclaman legítimos representantes de la nación española y depositarios de la soberanía nacional, reservándose la facultad del poder legislativo. Esto que hoy en día puede parecer normal, por entonces contituía algo auténticamente revolucionario pues las Cortes de Cádiz despojaban al monarca Fernando VII de su poder absoluto, sentando lo que serían las bases del poder constitucional.

Sin embargo este proceso no fue repentino. Ya dos años antes, en 1808, cuando entraron en España las tropas invasoras de Napoleón, hubo un auténtico colapso de las estructuras políticas del regimen absolutista de Fernando VII, incluso el rey se encontraba retenido en la misma Francia. Ante tal vacío de poder, se empezó a fraguar el germen de lo que llegaría a ser nuestra primera constitución, todo ello en un marco de revueltas populares y enfrentamientos militares ante el invasor francés.

Se
constituirían así las primeras juntas de gobierno locales y provinciales independientes que a su vez se englobaban en las llamadas Juntas Supremas. Posteriormente se crearía la Junta Suprema Central que estaba integrada por 36 vocales de las juntas provinciales. Tendría su sede en Aranjuez y sería presidida por el conde de Floridablanca. Posteriormente ante el avance de las tropas napoleónicas, la Junta Suprema Central tuvo que trasladarse hasta Sevilla. Fue el órgano que acumuló los poderes ejecutivo y legislativo españoles durante la ocupación napoleónica de España. Se constituyó el 25 de septiembre de 1808 tras la victoria en la batalla de Bailén y después de que el Consejo de Castilla declarase nulas las abdicaciones de Bayona. Estuvo vigente hasta el 30 de enero de 1810.


(La Constitución de Cádiz fue uno de los textos políticos más liberales de su época. La pintura, representa la lectura pública del texto en la Plaza de San Felipe Neri, ante el pueblo soberano y las autoridades. Actualmente, esta obra se halla en el Museo de las Cortes de Cádiz. Merece la pena pinchar sobre ella para verla en detalle)

Efectivamente, ante el vacío del tradicional poder monárquico, se constituyeron células de autogobierno que poco a poco fueron a desembocar en el gran proyecto de una Constitución para todos los españoles donde el poder residía en el pueblo y que a su vez constituía un arma contra el poder usurpador de los franceses.

Algunos pensaron que ésta era una solución de transición para los tiempos revueltos que se vivían y que seguiría vigente hasta la vuelta de Fernando VII. Pero otros consideraron que, independientemente de lo que ocurriera, podría ser una alternativa al modo de gobierno conocido hasta entonces, una alternativa válida frente al absolutismo borbónico y soñaban con aprovechar la guerra contra Napoleón para hacer en España una revolución política como la que hubo en la Francia de 1789. 

Sin embargo, las Cortes como institución no eran una novedad. Ya en la edad media, existían en cada uno de los reinos de España asambleas en las que se representaban los tres estamentos sociales: el clero, la nobleza y las ciudades. Estas Cortes aprobaban leyes y en ocasiones se enfrentaban al poder del mismo Rey. Sin embargo, desde el siglo XVI entraron en declive como consecuencia del afianzamiento del poder absoluto de los reyes, de tal manera que en el XVIII habían desaparecido o tenían una función muy diluida y se convocaban en raras ocasiones.

Sin embargo ahora su recuerdo se reivindicaba con fuerza, aunque en realidad más que querer resucitar esta institución medieval, se quería crear un nuevo órgano de gobierno con más atribuciones que aquellas Cortes primigenias, creando una asamblea nacional que asumiera toda la soberanía como aquella que surgió en la Francia revolucionaria de 1789.


(Juramento de las Cortes de Cádiz en la Iglesia Mayor Parroquial de San Fernando el 24 de septiembre de 1810. Expuesto como tal en el Congreso de los Diputados de Madrid)

En abril de 1809 un miembro de la Junta Central, Calvo de Rozas, elaboró una propuesta de convocatoria de las Cortes y elaboración constitucional, con el objetivo de establecer una "Constitución bien ordenada". Durante las siguientes semanas, la propuesta se convirtió en un Real Decreto. Este Real Decreto, con fecha de 22 de mayo de 1809, proponía oficialmente la celebración de una asamblea constituyente para el año 1810, además de la creación de una Comisión de Cortes, presidida por Jovellanos, que prepararía las reformas necesarias para poder llevar a término las Cortes.


Los defensores del absolutismo, los conservadores, recelaban de esta idea ya que se convocaban las Cortes en ausencia del monarca, algo que no tenía precendentes. Mientras que los liberales esperaban que ésta fuera la oportunidad para introducir todas las reformas que el país necesitaba.

La Junta Central decide también que las Cortes tengan una composición estamental y sean bicamerales, enviando la convocatoria a las ciudades con voto a Cortes. Por dificultades administrativas no se envía la convocatoria a los otros dos estamentos, Clero y Nobleza.


(«La Verdad, la Historia y el Tiempo» (también conocido como «Alegoría de la adopción de la Constitución de 1812». Alegoría de la Constitución de 1812, Francisco de Goya, Museo de Estocolmo)

Sin embargo el panorama bélico era desfavorable para España. La invasión de Andalucía por parte de los franceses motivó que la Junta Central abandonara Sevilla y se trasladara a la isla de León en Cádiz, que se convertiría así en el baluarte de la resistencia española y en la cuna de la primera Constitución de España.

(Continuará)
 
Curiosidades :

» La Constitución española de 1812, también denominada La Pepa, fue promulgada por las Cortes Generales de España el 19 de marzo de 1812 en Cádiz. La importancia histórica de la misma es grande, al tratarse de la primera Constitución promulgada en España, además de ser una de las más liberales de su tiempo. Respecto al origen de su sobrenombre, la Pepa, fue promulgada el día de San José, de donde vendría el sobrenombre de Pepa.


 » La Constitución de 1812 se publicó hasta tres veces en España (1812, 1820 y 1836), se convirtió en el hito democrático en la primera mitad el siglo XIX, e influyó en la gestación de varias constituciones europeas posteriores. También tuvo gran impacto en los orígenes constitucionales y parlamentarios de la mayor parte de los Estados americanos durante y tras su independencia.

 » La mayor parte de las investigaciones dedicadas a estudiar la constitución española de 1812 omiten o minusvaloran la influencia que la revolución liberal y burguesa española tuvo al transformar el imperio colonial español en provincias de un nuevo Estado, y convertir en nuevos ciudadanos a los antiguos súbditos del absolutismo, y que incluía en su definición de ciudadanos españoles no solo a los europeos o sus descendientes americanos, sino también a las castas y a los indígenas de los territorios de América, algo de gran trascendencia para las nacientes legislaciones americanas.(1)

 » Sometida a asedio durante más de dos años por los franceses, la ciudad de Cádiz se defendió con dos mil soldados españoles, reforzados posteriormente por otros diez mil, así como por tropas británicas y portuguesas. Los gaditanos se preocuparon de instalar a los ingleses fuera de las murallas para que no se repitiera con ellos con que sucedió en Gibraltar un siglo antes. También se crearon milicias de voluntarios locales que participaban en la defensa de la ciudad, son los llamados "Voluntarios Distinguidos", provistos de un llamativo uniforme y que todavía hoy desfilan por las calles de Cádiz en algunos actos conmemorativos.

(1) Paniagua Corazao, Valentín "Los orígenes del gobierno representativo en el Perú: las elecciones (1809-1826)"
 
Fuentes :

 
» Artola, Miguel: «Orígenes de la España contemporánea», Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 2000; Las Cortes de Cádiz, Ayer, 1, 1991.
» Chust, Manuel: «La cuestión de la nación americana en las Cortes de Cádiz», Valencia, UNED-UNAM, 1998.
» Rodríguez, J. E.: «La independencia de la América española», México, FCE, 1996.» Pérez Garzón, Juan Sisinio: «Las Cortes de Cádiz», Síntesis, Madrid, 2007.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El misterio de los Santos Emparedados

El hallazgo se produjo en los últimos días del mes de enero de este año, en la iglesia de Santo Domingo de Silos de Prádena del Rincón (Madrid).

Durante este tiempo los arqueólogos han preferido guardar silencio para entender el descubrimiento. Algo que no habían visto jamás. Dentro de una tumba, entre restos humanos, aparecieron tres misteriosas esculturas, dos de ellas, sin cabeza. Emparedadas y decapitadas... dentro de un nicho.

Las investigaciones arrojaron posteriormente que se trataba de tallas religiosas de la primera mitad del siglo XIV. Dos de ellas están perfectamente identificadas: la Virgen María y San Juan Evangelista. Sobre la tercera, hay dudas. Puede ser Santo Domingo de Silos (por la advocación de la iglesia) o Santo Tomás, ya que antiguamente el templo estaba dedicado a su figura. Pero después de clasificarlas, los técnicos han centrado todos sus esfuerzos en responder al gran enigma: ¿Qué hacen tres tallas religiosas de hace 700 años dentro de una tumba?

 (Fotografía del misterioso hallazgo)

Hay dos teorías al respecto, tal y como señala Carla Olivé, restauradora del edificio. Existe la posibilidad de que en algún momento la iglesia hubiera cambiado de culto.

«A lo largo de los siglos —explica— el templo ha podido experimentar sucesivas ampliaciones; que comenzara siendo una pequeña capilla y que acabara convirtiéndose en lo que es hoy. Esas remodelaciones también incluían la renovación de los objetivos religiosos que estaban considerados como los más antiguos».

Por otro lado, los arqueólogos no descartan que el abad de la iglesia hubiera decidido, en su momento, enterrar estas tres esculturas al haber recibido otras similares, pero de mejor calidad. Dada su naturaleza religiosa, estas no se podían vender ni destruir, por lo que pudo optar por enterrarlas en un nicho.

Las tres tallas de bulto redondo se encontraban ocultas en una hornacina practicada en uno de los muros del atrio norte, en unas condiciones lamentables, aunque los trabajos de restauración permitirán recuperar su disposición original.

 (Iglesia Parroquial Santo Domingo de Silos en Prádena del Rincón)

El estilo presentado por las esculturas es posiblemente gótico si bien con ciertos caracteres arcaizantes en lo referente a las facciones. Desde el punto de vista artístico, las tallas del probable calvario presentan un notable dominio técnico del volumen y movimiento de los ropajes, y sus cabezas, unas facciones proporcionadas y bien definidas.

La imagen de la Virgen tiene una túnica que cae hasta los pies y calza zapatos de remate puntiagudo que asoman por debajo. Las manos están entrelazadas encima del pecho, lo que se ha interpretado como símbolo de asociación al sacrificio de su Hijo. La cabeza, a pesar de su deterioro, posee unos rasgos finos, mientras que los ojos (almendrados) están magníficamente tallados, al igual que la boca. La figura de San Juan lleva túnica talar hasta los pies y parece sostener un libro en una mano.

La singularidad de este descubrimiento es aún mayor si se tiene en cuenta que los hallazgos conocidos de ocultamientos son escasos en España: sólo se conocer tres casos en iglesias de Soria, Palencia y Vitoria.
Pinturas y una necrópolis

Durante los trabajos de rehabilitación de Santo Domingo de Silos, que comenzaron hace un año, también han aflorado varios elementos artísticos de distinta cronología y tipología, como restos conservados del retablo mayor que resultó quemado hace cuarenta años.

También se han descubierto restos de pintura mural en paredes de la nave. Estos se dividen en dos grupos de cronología y significado muy diferente, pero ambos habían permanecido ocultos tras un tabique adosado al muro. Además, se ha perforado el subsuelo sacando a la luz una necrópolis junto al atrio norte. Hay tumbas antropomorfas excavadas en la roca, realizadas con ladrillo y también aunando ambas tipologías. Las más antiguas son anteriores a la construcción de los muros del templo.


Fuente:

ABC - Miguel Olivier

domingo, 6 de noviembre de 2011

Carlos II el Hechizado, el final de una dinastía

A finales el siglo XVII, la inmensa Monarquía Hispánica estaba gobernada por Carlos II, un enfermo crónico como consecuencia de la consanguinidad que había sido la política constante de su familia durante generaciones. En las cortes de Europa, muchos esperaban su final con ansiedad, pues el monarca no tenía descendientes directos, por ello todos se preparaban para lanzarse sobre una monarquía que parecía a punto de extinguirse.

(Carlos II, el hechizado por Claudio Coello, 1685. Aparece el Rey de rodillas adorando la Sagrada Forma en el Monasterio de El Escorial. Recomiendo pinchar sobre la imagen para verla en detalle)

Por aquel entonces, todavía se conservaban practicamente intactos todos los inmensos territorios que se habían ido acumulando desde los Reyes Católicos y que habían ampliado los sucesivos descendientes de la Casa de Austria, por ello, la descendencia de Carlos II era un tema del que dependía la continuidad del imperio, aunque éste ya mostraba evidentes signos de debilidad. Por ello la principal obsesión de la Corte de Madrid era garantizar el futuro de la dinastía. No se hicieron pocos esfuerzos para conseguirlo, tras el primer matrimonio que terminó con la muerte de su esposa María Luisa de Orleans, contrajo de nuevo esponsales con Mariana de Neoburgo, hija del elector del Palatinado.

Consciente su nueva esposa de que su valía y continuidad dependían de darle un heredero al rey de España, Mariana se sometió a todo tipo de tratamientos de fertilidad que pasaron desde las procesiones, las sangrías, las purgas y la ingesta de distintos brebajes que terminarían por minar también su salud. Nada sirvió para lograr el cometido, ni siquiera sus once simulados embarazos y sus simulados abortos, pronto se corrió la voz en la corte de la esterilidad de la reina y por si fuera poco su falta de docilidad le granjeó la enemistad de la madre del rey Mariana de Austria.

Uno de los enfrentamientos entre ambas Marianas vino por el nombramiento de un gobernador en los Países Bajos. La reina consorte tenía en mente a su hermano Juan Guillermo y la reina madre sin embargo apostaba por el marido de su nieta María Antonia: Maximiliano Manuel, elector de Babiera. La pugna entre ambas se dirimió finalmente en favor de éste último y por tanto la reina madre se salió con la suya, Maximiliano Manuel fue finalmente nombrado por Carlos II gobernador de aquellos estados por real decreto de 26 de diciembre de 1691.

El plan de la reina madre estaba claro, quería que Maximiliano Manuel fuera una extensión de su voluntad en los Países Bajos y que abriera el camino para el príncipe José Fernando, hijo de Maximiliano Manuel y de su nieta María Antonia, nacido en Viena el 28 de octubre de 1692, bisnieto del rey Felipe IV de España y de la reina doña Mariana de Austria, y sobrino nieto del rey Carlos II de España. Sería por tanto José Fernando de Baviera el heredero de todos los reinos, estados y señoríos de la Monarquía Hispánica desde 1696, por testamento del rey Carlos II de España, hasta su muerte en 1699. José Fernando fue considerado por Mariana de Austria como el heredero directo de la Monarquía Hispánica pues estaba convencida de que su hijo nunca podría concebir.

(Retrato del príncipe José Fernando de Baviera por José Vivien, 1698)

La reina consorte, despechada, escribiría :

"para dominar ella sola al Rey, forzosamente había que esperar que muriese la Reina Madre"

Finalmente se cumplieron sus deseos y el 16 de mayo de 1696, en Madrid, moría la Reina Madre de un cáncer de pecho. Su triunfo póstumo fue el testamento que suscribió su hijo Carlos II en septiembre de 1696 decretando heredero universal de la Monarquía a su sobrino nieto José Fernando de Baviera. El Barón de Baumgarten, describió los sucesos tras la juerte de la Reina Madre en los siguientes términos, con algún suceso paranormal incluído:

"Miércoles 16, a las doce menos cuarto de la noche, en el instante mismo en que se hacía más visible el eclipse de luna, falleció la Reina, en las casas de Uceda, donde vivía. A las cuatro de la mañana se abrió el testamento, y después se expuso el cadáver en el estrado. Al domingo siguiente lo trasladaron a El Escorial con la pompa de costumbre. Según pudo ver mucha gente, al sacar el cadáver de la caja mortuoria una paloma estuvo revoloteando buen rato. Una monja que ha servido en el cuarto de la Reina difunta, al tener noticia de su muerte, pidió un recuerdo de ella, y le dieron una de las camisas de noche de Su Majestad. Esta monja, paralítica desde que entró en el convento, metió la camisa en su cama, y a la mañana siguiente amaneció completamente curada."

Al eliminarse el principal obstáculo para la esposa de Carlos II, Mariana de Neoburgo dominó finalmente la débil voluntad del Rey.

En 1697 llegó el embajador francés a España (una vez concluida la guerra entre España y Francia en 1689) era el Marqués de Harcourt que movió sus hilos para ganar adeptos para la causa francesa, como el poderoso Cardenal Portocarrero.

Así en el complicado tablero de aspirantes teníamos por una parte a José Fernando de Baviera designado sucesor en el testamento de Carlos II por influencia de Mariana de Austria. Por otra parte el emperador Leopolpo I que quería imponer como heredero en España a su hijo el archiduque Carlos. Y finalmente estaba el partido francés dirigido por el embajador francés, Harcourt, que tenía como principal candidato a Felipe de Borbón, duque de Anjou, nieto de Luis XIV y biznieto del fallecido Felipe IV.
 
(Moneda de 4 Reales de Carlos II, 1684, Segovia. En 1680 se realizó una reforma monetaria muy importante. Se permitió la acuñación de un vellón con valor fáctico mayor que su valor intrínseco)

Las dos últimas candidaturas eran complicadas puesto que si triunfaba la primera, la del archiduque Carlos, podría desembocar en la unión de España y Austria. La segunda candidatura, la de Felipe de Anjou, podría desembocar a su vez en la unión de España y Francia. Ambas posibilidades crearían a un coloso de fuerza descomunal para los intereses del resto de potencias europeas, por lo que se empezaron a mover los hilos en Europa y ya entre ellas comenzaron a urdir los posibles repartos.

De esta manera en 1698 Luis XIV ya tenía en mente un posible reparto por el que al morir Carlos II, el príncipe José Fernando de Baviera se quedaría con los Países Bajos, los reinos de la Península y las posesiones de las Indias, mientras que Francia se quedaría con Nápoles y Guipúzcoa y el archiduque Carlos recibiría el gran ducado de Milán.

Sin embargo la voluntad de Carlos II era bien distinta y el 11 de noviembre de 1698 realizó un nuevo testamento en el que se recalcaba que el conjunto de la Monarquía era indivisible y que su heredero universal era el príncipe José Fernando de Baviera.

Así estuvieron las cosas hasta que la fatalidad se cruzó en el destino de la Monarquía, pues José Fernando de Baviera, con sólo 7 años de edad, falleció de forma inesperada en febrero de 1699, con lo que una de las tres posibilidades antes comentadas se descartó definitivamente.

A partir de este momento comenzaron de nuevo las intrigas y las propuestas y los posicionamientos de las diferentes potencias europeas. Luis XIV incluso comenzó a mover sus hilos en la Corte española. Así en 1699 estalló en Madrid el llamado "Motín de los Gatos" organizado seguramente por amotinados movidos por intereses extranjeros y que aprovecharon la mala coyuntura económica y la carestía de alimentos :

"Pan, pan, pan, queremos pan.... Viva el rey, muera el mal gobierno" 

Los disturbios, en los que la multitud exasperada comprometía gravemente el orden, sólo se calmaron con la intervención del propio rey Carlos II de España que llegó a dirigirse a la muchedumbre congregada ante palacio, tras lo que los ánimos se calmaron. Las consecuencias del motín fueron la destitución del Conde de Oropesa, presidente del Consejo de Castilla, y principal cabecilla de la opción austríaca y que además hacía funciones de valido y era el principal responsable del abastecimiento de la capital.


(Manuel Joaquín de Toledo Portugal y Córdoba Monroy y Ayala, conde de Oropesa, fue objetivo del motín de los gatos (abril de 1699), tras el que cayó en desgracia. Fue sustituido por el cardenal Portocarrero, partidario de la sucesión francesa. Este grabado representa a Carlos II destituyendo al conde de Oropesa tras el Motín de los Gatos)
 
También fue depuesto el corregidor de Madrid, Francisco de Vargas, siendo sustituido por Francisco Ronquillo, un destacado personaje del partido borbónico, que durante los disturbios había actuado como intermediario de las reclamaciones de la multitud, y reclamado y vitoreado por ésta. Así el "Motín de los Gatos" no fue sólo un estallido popular por la acuciante carestía; fue también, el resultado de un conflicto político en el que un bando cortesano, el borbónico (a través de la utilización de la «opinión pública»), conseguía imponerse al partido austríaco que, desde entonces, quedó, definitivamente, desmantelado

El obstáculo final, era la voluntad del rey. En los años finales de su vida, Carlos II tuvo que sufrir incluso algunos rituales de exorcismo, pues se decía que estaba hechizado y que existía un maleficio sobre él que le impedía tener descendencia. Desde Viena se enviaría a fray Mauro de Tenda, amigo de Froilán Díaz (confesor del rey Carlos II) un exorcista de renombre que llegó a asegurar que quien había hechizado al Rey es :

"Alguien que tiene simpatías por las flores francesas de lis y desea que de esta simple manera recaiga la herencia de esta Monarquía en el Rey de Francia" (1)


 
(Escudo de armas de Carpos II, podemos ver en la descripción los numerosos territorios que componían sus dominios. Posteriormente vemos otros escudos o estandartes reales que ya no incluyen el escudo de Portugal, que ya no pertenecía al dominio del Rey de España)

La débil salud del monarca se vio afectada por estos exorcismos y padeció continuas diarreas, vómitos y fiebres muy altas.

Luis XIV decidió ir más allá en el año 1700 y propuso que si en tres meses no se aceptaba su plan anterior, se buscaría un príncipe que sustituiría al archiduque Carlos en la herencia. Carlos II, viendo posiblemente muy cerca el fin de sus días, pidió finalmente consejo al papa Inocencio XII :

"...mantener inseparables los reinos de mi Corona y la Sagrada Religión", podía ofrecer "uno de los hijos segundos del Serenísimo Delfín de Francia"

De esta manera, se habló, abiertamente, sobre la posibilidad real de la opción francesa.

El papa Inocencio XII, pro-francés, no tardó en responder favorablemente a esta consulta :

"Nos vemos en el deber de no discrepar de esa opinión del Real Consejo de Vuestra Majestad"

Recibió el Rey la carta de Su Santidad y tranquilizóse ya plenamente confortado. Carlos II convencido de que finalmente esta era la voluntad de Dios se confesó y recibió la extrema unción. La monarquía católica sería heredada por un borbón francés. Unos años atrás, pocos podían haber previsto un desenlace así, pero... a fin de cuentas esta dinastía no era tan extraña en España porque todos los anteriores reyes de España habían tenido esposas del país vecino. (2)

El 1 de octubre el Rey firmó su nuevo testamento :

"...declaro ser mi sucesor, en caso de que Dios me lleve sin dejar hijos, al Duque de Anjou, hijo segundo del Delfín, y como tal le llamo a la sucesión de todos mis Reinos y dominios, sin excepción de ninguna parte de ellos. Y mando y ordeno a todos mis súbditos y vasallos de todos mis Reinos y señoríos que en el caso referido de que Dios me lleve sin sucesión legítima le tengan y reconozcan por su rey y señor natural, y se le dé luego, y sin la menor dilación, la posesión actual, precediendo el juramento que debe hacer de observar las leyes, fueros y costumbres de dichos mis Reinos y señoríos." (3)

 (Firma del rey Carlos II) 

El día 1 de noviembre del año 1700, tras una dura agonía pero con la conciencia tranquila por creer que su su monarquía descansaba en la voluntad de Dios, fallecía Carlos II, el último de los Austrias de España.

Sin embargo, su postrera decisión, no evitaría que dos años después se desencadenara la Guerra de Sucesión Española, un terrible conflicto que implicó a toda Europa en una cruenta guerra que decidiría finalmente el destino de las posesiones españolas.


»» Esta entrada se realiza a petición del blog Reinado de Carlos II en homenaje a su su 350º aniversario ««


(1) 283 B.N.E., mss.5724,fol.89.Citado en J. Contreras,«Guerra entre Inquisidores...» art.cit., p. 297.
(2) Testamento de Carlos II... op. cit., p. LVI
(3) Testamento de Carlos II (Cláusula XIII)


Fuentes consultadas :

» Contreras, Jaime. "Carlos II el Hechizado. Poder y melancolía en la corte del último Austria", Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 2003.
» Ribot, Luis. "El arte de gobernar. Estudios sobre la España de los Austrias", Alianza, Madrid, 2006.
» Maura Gamazo, Gabriel. "Vida y reinado de Carlos II", Espasa-Calpe, Madrid, 1942.
» Calvo Poyato, José. "La vida y época de Carlos II el Hechizado" Planeta, Barcelona, 1998.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Los Vikingos atacan España (2ª Parte)


La tercera incursión:

Un siglo tuvo que transcurrir para que las velas vikingas aparecieran de nuevo por el horizonte en las costas de la Península. Como en los comienzos de estos saqueos, devastaron la parte de Galicia, matando a mucha gente y llevándose como prisioneros a un buen número de habitantes.

Estas incursiones serán recordadas a lo largo de los siglos, así  el padre EnriqueFlórez en su obra “España Sagrada” recoge un antiguo documento de tiempos del obispo Hermenegildo de Lugo (951-958) en el que puede leerse :

"Los lucenses, tanto de estado eclesiástico como los laicos y Hermenegildo Obispo, se prometen mutua y solemnemente que juntamente con los habitantes de Lugo defenderán la ciudad contra los Normandos”.

Igualmente,  debido a estos ataques, se mejoraron las defensas costeras, se construyeron muros, torres y fortalezas, como por ejemplo en Santiago de Compostela para defender la ciudad y la iglesia del apóstol y evitar nuevos saqueos.

 (Mapa que muestra algunas de las rutas que siguieron los vikingos durante sus incursiones. Pincha sobre él para ampliar)

Comentan también las crónicas que cuando el duque Ricardo de Normandía terminó su lucha en Francia contra el conde de Chartres y el rey Lotario de Francia en el 963, se encontró con que los mercenarios daneses que le habían ayudado en la pugna, ahora resultaban problemáticos, así que ni corto ni perezoso les proporcionó guías para enviarlos lejos de allí, hacia España.

De esta manera llegaron nuevas avalanchas vikingas a Galicia que sembraron el caos y la destrucción en todo el territorio, incluso los campesinos se organizaron para hacer frente a los piratas del norte, pero no fue suficiente para paliar la furia de los hijos de Odín y fueron derrotados en cruenta batalla.

El obispo Rosendo tuvo que hacer frente a la invasión de los normandos así, reunió y armó a sus tropas y dejó que los invasores se regocijaran en su triunfo y se confiaran. Cuando vio que, cargados con el fruto de sus saqueos, intentaban embarcar hacia sus tierras, lanzó contra ellos a sus hombres comandados por el conde don Gonzalo Sánchez. Los vikingos, se encontraron con la sorpresa de un ejército que se abalanzaba sobre ellos, este factor hizo que sufrieran una gran derrota y que fueran pasados a cuchillo buena parte de ellos cuando intentaban escapar por la ría de Arousa. Un texto de la época nos relata :

“volvió (San Rosendo) de sus expediciones a Santiago coronado de triunfos y aplaudido de todos”.
 
La cuarta incursión:

En el año 968 entran en Galicia los vikingos de Gunderedo (Gudrød o Gunrod) caudillo vikingo noruego considerado como el rey del mar lanzando, desde sus bases en el Loira, incursiones hacia las costas cantábricas con más de cien naves armadas en el año 968.

(Ramiro III. Rey de León (966 - 985) nombró lugarteniente suyo a San Rosendo que derrotó a los vikingos que desembarcaron en Galicia en 968)

En esta época, los vikingos hicieron grandes desmanes debido a la inestabilidad política reinante en la zona, pues el rey Ramiro III tan sólo contaba con 5 años de edad tras la muerte de su padre Sancho el Craso y había luchas internas por el poder. El Obispo Sisnando aprovechándose de esta situación se presenta el día de Navidad en la basílica de Santiago “armado y vestido con coraza” obligando al obispo Rosendo a exiliarse al monasterio de Celanova y tomando por la fuerza el obispado.

No pudo disfrutar mucho tiempo de su nuevo puesto, pues en marzo de 968, Gunderedo llega a las puertas de Compostela con su enorme flota que trasportaba un temible ejército normando. El nuevo obispo Sisnando se aprestó para hacerles frente con su ejército y se enzarzó en un violento combate en un lugar llamado Fornelos el 29 de marzo del año 968, en las cercanías del río Louro.

Él mismo, se puso al frente de sus tropas de caballería, pero su temeridad lo llevó al medio del campo de batalla sin mayor defensa que su valor y murió de un flechazo en la cabeza, sus hombres emprendieron la fuga y finalmente fueron derrotados, dejando libre el camino a los vikingos que se desparramaron por las tierras de Galicia robando, asesinando y destruyendo el país hasta los montes de Cebrero (frontera natural entre Galicia y León) finalmente lograrían entrar en Compostela saqueándola sin piedad. Monasterios como el de San Xoán de Coba, en la ribera de Ulla, y el de Santa Eulalia de Curtis, entre otros, fueron arrasados.

 (Estatua en recuerdo de las incursiones vikingas, Catoira, Galicia)

No terminaron aquí los enfrentamientos. El conde de Galicia Gonzalo Sánchez organizó un nuevo ejército compuesto sobre todo por por las gentes cuyas tierras habían sido arrasadas, cuyas casas habían sido incendiadas y cuyas familias habían sido asesinadas,  con la esperanza de terminar con el caos en la región.

La batalla tuvo lugar en el año 970. El conde Gonzalo Sánchez lanzó su ataque con un poderoso y motivado ejército que finalmente venció a los nórdicos en cruenta batalla. El propio Gunderedo murió en el combate o fue ejecutado posteriormente y los supervivientes de su flota fueron pasados todos a cuchillo. El botín fue recuperado y las naves vikingas fueron quemadas. Una respuesta tan sangrienta se debió a que en el siglo IX se llegó a decir que, vistos los precedentes de expediciones previas, el vikingo era peor enemigo que el moro.

Fueron estos, tiempos muy duros para el reino de León, pues los vikingos habían permanecido en tierras gallegas prácticamente tres años, dejando un panorama desolador, se habían saqueado numerosas aldeas, ciudades como Tuy, Braga y Orense habían sido destruidas de tal manera, que ni siquiera sus obispos tenían ya allí residencia pues habían sido reducidas a cenizas.
 
El final de la pesadilla:

Tras estas incursiones principales en España, las crónicas relatan aún alguna correría esporádica de algunas bandas de piratas vikingos y aún se producirían acciones de alguna repercusión como el asalto a Tuy de 1014 ó 1015 por parte de una escuadra vikinga que remontó el río Miño, probablemente comandada por Olaf Haraldsson futuro rey de Noruega y posteriormente llamado “El Santo”. Estos vikingos fueron expulsados por Alfonso V, tal como él mismo comenta en una carta fechada en el 1024.

 (Olaf II navegando entre trolls. Pintura sobre piedra en la Iglesia de Dingtuna, Suecia)

En 1028 hubo otra incursión, esta vez protagonizada por Ulf, apodado “el Gallego” ya que los nórdicos solían dar el nombre de la región conquistada o saqueada a quien había dirigido la operación.  Al parecer este Ulf, a parte de conseguir sustanciosos botines, se convirtió en mercenario de un noble gallego llamado Rodrigo Romariz en alguna de las turbulentas disputas políticas de la época,  contra Bermudo III.

El obispo de Compostela, Cresconio, tuvo que levantar el castillo de Oeste, ubicado estratégicamente en la ría de Arosa, junto a Catoira, para cerrar el paso a las naves vikingas que deseaban atacar Santiago remontando el Ulla. Finalmente logró reunir un ejército y, asumiendo el liderazgo de la nobleza gallega, derrotó a los vikingos hasta su expulsión en el 1038.

(Torres Catoira defendían la entrada del río Ulla. La estructura del castillo, consistía en un recinto amurallado de forma elíptica con siete torres que, ubicadas a ambos lados, cerraban la entrada del río Ulla en dirección a Padrón, tendiendo una gruesa cadena que impedía el paso a las expediciones invasoras a Compostela. Había además una gran torre que sobresalía entre las otras, y que fue costeada, según la tradición, por la ciudad de Lugo, recibiendo así el nombre de torre de Lugo)

Después de aquello, los nórdicos sólo regresan en esporádicas ocasiones y generalmente como mercenarios de nobles gallegos en los diversos conflictos del reino, como fue el levantamiento contra doña Urraca. Pero ya no son noruegos ni daneses sino sus descendientes de las islas Británicas y Orcadas.

Del mismo modo que llegaron, los piratas venidos del norte, desaparecieron por siempre para no regresar jamás, pero sin duda el recuerdo de su presencia quedaría perpetuado en las páginas de nuestra historia.

Fin.
 
Curiosidades:

» Olaf  “El Santo” sería uno de los vikingos que asoló las costas españolas. Tras su muerte, su cuerpo fue colocado en un cobertizo, y según la tradición, un ciego comenzó a ver tras ungirse los ojos con la sangre del cadáver. Los campesinos del lugar se llevaron el cuerpo y lo sepultaron junto al río Nidelven, en Nidaros (actual Trondheim). Desde entonces comenzaría el culto a Olaf, que fue llamado popularmente el santo. Su muerte fue juzgada como un martirio. Al año siguiente, su cadáver fue exhumado y trasladado al interior de una capilla que se erigió al lado de su tumba. Con el tiempo, en el lugar de la pequeña capilla se erigiría una fastuosa catedral, la Catedral de Nidaros, que sería un frecuentado centro de peregrinación. Fue venerado como un santo en todo el país y con el tiempo se convirtió en uno de los personajes más importantes del cristianismo de Noruega.

» El paso de los vikingos por España ha dejado su huella en la memoria popular, al igual que en la toponimia. Ejemplo de ello son dos localidades, una en León llamada Lordemanos y otra en Portugal, cerca de Coimbra, llamada Lordemao. En un artículo de 1998 de la revista Viking Heritage Newsletter de José Manuel Mates Luque (Vizcaya) afirma que Lordemanos es un sinónimo (cristiano o musulman, no queda claro) de la palabra Vikingo, y relaciona por tanto la etimología con la existencia de Vikingos en la zona.

Fuentes :

Reinhart, P.A. Dozy, "Los vikingos en España", Polifermo, Madrid, 1987.
Morales Romero, E "Historia de los vikingos en España", Miraguano, Madrid, 2006.
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