miércoles, 29 de diciembre de 2010

La Cruz de la Victoria, su accidentada historia desde Don Pelayo (1ª Parte)

 
Cuenta la leyenda que cuando el Rey Don Pelayo comandaba a las tropas cristianas en Cangas de Onís, se dio cuenta de que no tenía estandarte ni bandera pues el pendón rojo de los Visigodos había sido apresado por los musulmanes en Jerez.

Fue entonces cuando San Antonio Anacoreta se acercó a Pelayo y le ofreció una tosca cruz de roble diciéndole:
«He aquí la señal de la victoria».

Pelayo besó la cruz y la enarboló con la diestra diciendo

«Esta será desde hoy mi divisa y mi bandera»

y como en otro tiempo había hecho el emperador Constantino por divino mandato, comenzó la Reconquista de España.
 
(Don Pelayo fue el primer monarca del reino de Asturias, que rigió hasta su muerte. Frenó la expansión de los musulmanes hacia el norte, comenzó la Reconquista y se le ha considerado tradicionalmente como el fundador del reino de Asturias. Esta escultura de Don Pelayo está en Covadonga)
 
Se considera la Cruz de la Victoria a la insignia de madera que Pelayo utilizó como estandarte en la Batalla de Covadonga. Posteriormente sería guardada por su hijo Favila en una iglesia de Cangas de Onís, primera capital del reino, dedicada a la Vera Cruz, porque en su centro contenía un relicario con un fragmento de la Lignum Crucis es decir la Cruz en la que se crucificó a Cristo. La Cruz de la Victoria constituiría, por lo tanto, el primer vestigio del culto a la vera cruz en el Reino de Oviedo, fechado por la inscripción levantada por Favila y su mujer Froiluba en el año 737.

Posteriormente sería engalanada con oro y piedras preciosas y trasladada por donación a la Catedral de San Salvador de Oviedo por el rey Alfonso III el Magno y por su esposa, la reina Jimena de Asturias, en el año 908. Según consta en una inscripción colocada en el reverso de la cruz, fue realizada en el castillo de Gauzón (cuyo emplazamiento aún es discutido por diversos historiadores). Se la considera la joya más valiosa de la Alta Edad Media española. 
 
(Cruz de la Victoria, impresionante joya medieval, a pesar de todos  los avatares que ha sufrido actualmente luce un magnífico aspecto. Merece la pena pinchar sobre la foto para verla ampliada y admirar su belleza)

Dice la tradición que la cruz de madera que se encuentra en el interior de la Cruz de oro y piedras preciosas fue la que el rey don Pelayo enarboló en la batalla de Covadonga, librada en el año 722, en la que las tropas asturianas derrotaron a las musulmanas. 
 
No obstante, dicha tradición, que no fue recogida por los eruditos hasta el siglo XVI, ha sido desmentida recientemente por los arqueólogos César García de Castro Valdés y Alejandro García-Álvarez del Busto, que han demostrado, basándose en la prueba del Carbono 14, que la cruz de madera que se encuentra en el interior de la Cruz de la Victoria procede de un árbol talado durante el reinado de Alfonso III el Magno, y no de la época de don Pelayo, primer rey de Asturias. Es posible que esta sustituyera a otra anterior de madera que efectivamente fuera la que enarbolara Pelayo, pero eso ya queda oculto en las brumas de la historia.

El caso es que Oviedo y su reliquia se convirtieron en paso obligado para los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago por el Norte de España. Tanto es así que los peregrinos franceses solían cantar :

Qui a esté à Sainct Jacques
et n'esté à Sainct Salvateur,
a visité le serviteur
et a laissé le seigneur.

Que viene a decir : "Quien va Santiago y no a San Salvador, visita al criado dejando al Señor"
  

(Catedral de San Salvador de Oviedo, de estilo fundamentalmente gótico. Es conocida también como Sancta Ovetensis, refiriéndose a la calidad y cantidad de las reliquias que contiene. Comenzó a edificarse a finales del siglo XIII por la sala capitular y el claustro, y su construcción se prolongó durante tres siglos hasta el remate de la torre a mediados del siglo XVI. Posteriormente se añadiría una girola en el siglo XVII además de diversas capillas anexas a las naves laterales.)

Ya en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo de 1385 se señalaba que en la Cruz de la Victoria había tantas piedras preciosas como las que había perdido, y para rematar la faena en 1934, durante la Revolución de Asturias, la Cámara Santa de Oviedo fue dinamitada por los revolucionarios, y las reliquias y objetos allí conservados, incluidas la Cruz de los Ángeles, el Arca Santa y la Caja de las Ágatas, sufrieron graves desperfectos y hubieron de ser restauradas en 1942 por el prestigioso arqueólogo Manuel Gómez Moreno, aunque la Cruz de la Victoria apenas sufrió daños.
 
No obstante, la restauración de 1942 (gracias a las donaciones populares que permitieron la adquisición y restauración), a la que también fue sometida la Cruz de la Victoria, ha sido considerada por diversos historiadores como una violación de los principios arqueológicos, artísticos e históricos, pues en algunos casos los daños fueron reparados sin tomar precauciones que permitieran posteriormente diferenciar los elementos originales de los añadidos. En 1971 se colocan esmaltes nuevos por obra del orfebre alemán Werner Henneberger, aunque tampoco se tuvo demasiado en cuenta el diseño original.
 
 
 (Desastroso estado en que quedó la Catedral tras la Revolución del 34 en Oviedo, milagrosamente las reliquias no desaparecieron ni sufrieron grandes daños. La foto ha sido extraidda del siguiente blog  :  http://abelgalois.blogspot.com/)
 
Dice la crónica que lo que no hizo ni la dinamita del 34 ni el paso de los siglos lo hizo un ladrón que se dedicaba a robar los cepillos de las iglesias. La mañana del 9 de agosto de 1977, apareció la cámara del tesoro saqueada y lo que no se habían llevado estaba medio destrozado y tirado por el suelo. Los vecinos creían que se trataba de "una pérdida prácticamente irreparable" y el mayor temor era que se hubieran machacado e incluso fundido gran parte del tesoro. Y en la mente de todos, la labor de la Policía  (con la que colaboraba la Guardia Civil, el Cabildo y media España) que tenía la misión de ser "rápida, eficaz y, por un milagro, dar con los símbolos" porque Asturias no lo era tanto sin ellos. Era más el valor sentimental y además el presidente de Amigos de la Catedral, Ramón Cabanilles, comentó que "no alcanzaría grandes precios en el mercado libre".

El ladrón, parece que después de sortear las deficientes medidas de seguridad del templo, desguazó en la misma cámara santa todos sus tesoros y se llevó piedras, ágatas, camafeos y el oro. Sólo dejó el alma de madera de la Cruz de la Victoria y la Caja de las Agatas, desprovistas ambas totalmente de joyas.
 
No ha terminado aquí la historia de esta emblemática joya, la veremos en la segunda parte.......(Countinuará)

sábado, 25 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

(La Adoración de los Pastores de Bartolomé Murillo, 1650)

Desde España Eterna, os deseamos a todos Feliz Navidad.

jueves, 23 de diciembre de 2010

La Reina Mariana de Austria, la eterna viuda vista a través de sus retratos.


376 aniversario del nacimiento de la Reina Mariana de Austria.

Mariana de Austria nació en Neustad el 21 de diciembre de 1634, destinada a ser esposa del príncipe Baltasar Carlos, su primo carnal. Pero al morir éste en 1646, su tío Felipe IV, viudo de Isabel de Borbón desde dos años antes (1644), decidió casarse con su sobrina, pese a la enorme diferencia de edades (el rey, nacido en 1604, tenía más de cuarenta años y ella menos de quince), para conservar la hegemonía familiar en Europa.

Mariana en esta época es una mujer alegre, amiga de lujos y diversiones, pero con el paso de los años la rígida etiqueta de la corte, va amargando su carácter, quizás por eso vemos tantas diferencias entre sus primeros retratos de cortesana y sus últimos vestida de negro riguroso con el hábito de monja. No sólo contribuyó, en mi opinión, la austeridad y rigidez de la Corte española, sino también el peso político que posteriormente recaería sobre ella.

(Felipe IV de Austria (8 de abril de 1605 – 17 de septiembre de 1665), llamado el Grande o el Rey Planeta, fue rey de España desde el 31 de marzo de 1621 hasta su muerte. Su reinado de 44 años y 170 días fue el más largo de la casa de Habsburgo y el tercero de la historia española, siendo superado sólo por Felipe V y Alfonso XIII)

Durante todo el periodo en que la casa de Habsburgo fue propietaria de la corona española, siempre estuvo en manos de un varón, el rey siempre fue el centro de poder a pesar de los diferentes ministros o validos que en algún momento llevaron el peso de la Monarquía Hispánica.

Una excepción notable a esta afirmación sería Mariana de Austria, esposa del fallecido Felipe IV y madre del futuro rey Carlos II el último de los Austrias, ejerció la regencia de la corona y por tanto el poder durante la minoría de edad de su hijo Carlos.

Su imágen pública fue cambiando de forma radical durante toda su vida, de la misma manera que cambiaron sus funciones, de esposa del rey a reina regente del reino.

Esto es claramente visible en los retratos que voy a comentar ya que Mariana de Austria tuvo que inventar su función, como digo hasta entonces desconocida, y su imagen, ambas cosas serán palpables en su representación pública y en sus retratos.

Este retrato se realizó entre 1652 y 1653, el autor es Diego Velázquez y está considerado como uno de los mejores entre los realizados por este gran pintor. 
Esta obra es la original del Museo del Prado, pero hay réplicas en París y Viena, así como piezas de taller en Kansas City y Saratosa. Es la más famosa de las efigies de la soberana antes de su viudez
Pincha sobre la imagen para ampliarla.

Se trata de un retrato oficial, con un traje de Corte siguiendo la moda de su tiempo, mientras que la figura presenta un aire distante. La reina, rubia y de blanquísima piel presenta los característicos rasgos de la familia. Enrique Lafuente Ferrari, gran historiador del arte nos ilustra con este comentario :

"Esta niña, en la edad de los juegos y de las risas quedó aprisionada en el protocolo que parece simbolizado por el monstruoso vestido barroco que la moda impuso durante largos años al atuendo femenino; era el llamado "guardainfante", artefacto en el que la falda se hincha, sostenida artificialmente por una armadura interior. Velázquez, mago del color, sabe sacar partido en este cuadro de tan absurdas formas. Viste la reina traje de terciopelo negro, rico y profusamente galoneado de plata, armonía que tanto se presta a las sobrias severidades de la paleta de Velázquez. Sobre la valona llamada cariñana, ricas joyas de oro y broche de espléndida pedrería; oro lleva también en las pulseras que destacan sobre la sedosa mano blanquecina casi infantil; en la izquierda tiene un gran pañuelo de batista que anima con los blancos y los grises de sus sombras el fondo negro de su basquina. No menos barroco es el peinado de cocas que forma como un marco en torno a su cabeza aniñada; el rubio de los cabellos se orna con una gran pluma de avestruz. El corto brazo de la real dama se apoya extendido sobre el respaldo de un sillón de clavos dorados; una gran cortina carminosa cae sobre él, al fondo y, para dar una suficiente referencia al espacio en penumbra, un reloj dorado sobre un bufetillo cubierto de paño carmín. Es una obra maestra dentro de los retratos velazqueños del Prado."

El sillón sobre el que apoya su mano derecha tiene su simbolismo, es el sillón al que Mariana tiene derecho por su categoría de reina. El reloj dorado en forma de torre que aparece en la parte de atrás indica la exactitud en el cumplimiento de sus deberes. La postura de la modelo y la pincelada suelta empleada por el maestro son características de esta etapa velazqueña, obteniéndose un retrato sencillo pero a la vez elegante y majestuoso. 

 Diego Saavedra Fajardo comenta sobre el reloj : Obran en el relox las ruedas con tan mudo y oculto silencio, que ni se ven ni se oyen. Y, aunque dellas pende todo el artificio, no le atribuyen a sí, antes consultan a la mano su movimiento, y ella sola distingue y señala las hora, mostrándose al pueblo autora de sus puntos. Este concierto y correspondencia se ha de hallar entre el príncipe y sus consejeros.

El rostro excesivamente maquillado, en el que centra su atención el pintor, marca el gesto triste que acompañaría a esta mujer durante toda su vida, al no sentirse cómoda en la corte española, cuya rígida etiqueta era difícil de soportar para las soberanas. El lienzo formaba pareja con el retrato de Felipe IV con un león a los pies, también en el Museo del Prado. 


Este retrato bajo mi punto de vista tiene un especial interés pues está cargado de simbolismo, dejadme que os explique por qué :

En esta época el papel de la mujer está claramente delimitado incluso para la reina, podemos definir el estado de doncella, el de esposa y el de viuda. Cada uno de estos estados va acompañado de una manera de vestir, es una manera de ser indentificado socialmente.

En este retrato la reina aparece vestida con un hábito religioso, representando así su estado de viuda. Con respecto a la viudedad, el padre Astete comentó :

"[...] es un estado intermedio entre la virginidad y el matrimonio. Participa de los dos, en la continencia del estado de la virginidad y en el gobierno de su casa del estado del matrimonio. Es más perfecto quedar viuda y no volver a casar [...] La mujer viuda debe olvidar su vida matrimonial y entregarse en soledad a la castidad, al ayuno, a la oración y a la limosna: en el momento de enviudar pasa a ser esposa de Dios. El hábito negro ayuda a mantener la castidad y las costumbres ejemplares. [...]  el vestido exterior muestre el anima interior [...] la viuda debe dejar todos los trajes que llevaba siendo casada porque un hábito quiere el hombre que traiga su mujer y otro quiere y de otra calidad que traiga la esposa de Jesucristo"

De esta manera, en este retrato, la reina viste como cualquier viuda de la nobleza, es decir de religiosa, sin mostrar un solo cabello ni un solo adorno, en completa austeridad. Este hábito es el recordatorio de su difunto esposo Felipe IV y sirve también para recordar al espectador del lienzo que sus negras vestiduras se deben al poder legítimo que ha recibido para regentar.

El valor simbólico de los hábitos de viuda es muy grande, Tirso de Molina en "La prudencia en la mujer" afirmaba que :

[...], en viudez llorosa,
la mujer más ordinaria
al más injusto marido
respeto le guarda un año
[...]
Las tocas son, en efecto,
como la barba en el hombre
autoridad y respeto.

El único elemento destacado dentro de la sobriedad del vestido de la reina, es su anillo. Posiblemente es la alianza matrimonial de Felipe IV, lo que reviste también de autoridad a su figura como depositaria legítima del poder del rey fallecido, como así lo expresara en su testamento.

Resulta también llamativa la austeridad que rodea a la figura de la reina, sin apenas elementos decorativos. Pero parce ser que es costumbre de la época como comentó alguna vez Madame de D'Aulnoy

"[...]las mujeres deben llorar al marido muerto y estar el primer año de luto en una habitación tapizada de negro, donde no se deje entrar un rayo de sol". [...]Pasan pasado el año a otra habitación cuyas paredes tienen tapices algo más claros, pero sin pinturas ni espejos, de los que no hacen uso las viudas, como tampoco de los servicios de plata ni de los muebles de lujo; es preciso que vivan tan retiradas como si perteneciesen a otro mundo".

Probablemente, este es el motivo de que Mariana de Austria a pesar de estar sentada en el célebre Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid, no haya nada característico y ningún ornamento a su alrededor.

Mariana mostrando esta imagen, busca su lugar. Como viuda, su vida civil ha concluido pero, como reina su papel no ha hecho sino comenzar, así lo quiso el mismo Felipe IV en su testamento :

"[...] Y no reservo de la facultad que como a tutora, cuidadora y gobernadora le compitiere nada de lo que a mi me toca: aunque sea hacer leyes, de nuevo, o retocarlas, porque si para eso fuera menester, le doy grande poder (que) en mi reside para todo lo necesario y conveniente [...] y haga y obre a su voluntad en cuanto conviene y fuera menester."

El único elemento apreciable claramente en el cuadro es la silla de la reina, el hecho de aparecer sentada le da al retrato un aire de autoridad. Según costumbre de la época, las mujeres solían sentarse o bien en el suelo o bien sobre un almohadón cruzando las piernas según costumbre morisca, excepto en algunas ocasiones como podía ser las comidas. El hecho de que la reina no aparezca de esta guisa quiere decir que está realizando tareas de gobierno.
 

Al fondo se aprecia una mesa de mármol y encima dos espejos sostenidos por águilas de bronce. Las águilas tienen su significado pues indican poder, realeza y son además símbolos de la dinastía Habsburgo. 

En alguno de estos retratos típicos de la reina Mariana de Austria apreciamos también un cuadro por el que tenía especial predilección, se trata de la obra de Tintoretto «Judith y Holofernes» que simboliza las virtudes de la reina.

 Judit y Holofernes de Tintoretto realizado sobre 1550

Este personaje bíblico es una mujer de fuerza y virtud, modelo a seguir por una viuda como Mariana de Austria, penitencia, sabiduría, fortaleza, honestidad. (Se decía que Judit era viuda, hermosa, que nunca nadie se le oponía ni estaba contra ella. Siempre se vestía con el hábito de penitencia a menudo estaba de ayunas, y su marido le había dejado mucho dinero, por lo cual era rica)

Por tanto la reina, siguiendo el ejemplo de Judith, debía poseer las virtudes antes mencionadas, muchas de ellas atribuidas siempre al género masculino y que ahora ella misma debía de asumir. San Atanasio decía :

"[...] despójate de la mente y del sentir femenino y revístete de robustez y virilidad.
Porque en el reino de los cielos no hay aceptación de hembra o varón, sino que
todas las mujeres que con su santa vida han logrado agradar al Señor ocupan los
puestos de los hombres"


Carreño realizaría dieciséis retratos, los de Mariana de Austria siempre van a seguir este mismo prototipo con ligeras variaciones, siempre siguiendo el modelo del anterior pintor de cámara, Juan Bautista del Mazo.

Aunque el periodo de luto concluyó y Carlos II se hizo cargo del gobierno (o más bien sus consejeros y su madre), Mariana de Austria siguió llevando su hábito negro, como muestra de lealtad a su marido y así seguiría hasta su muerte, el 16 de mayo de 1696.

*A petición de Su Majestad Carlos II y su blog el Reinado de Carlos II y en conmemoración del nacimiento de la reina regente Mariana de Austria

Gracias a algunas de las fuentes que he utilizado : 

* Maura, Gabriel: "Vida y Reinado de Carlos II". Madrid, 1990.
* Llorente, Mercedes : "Imagen y autoridad en una regencia:Los retratos de Mariana de Austria y los límites del poder". Universidad Autónoma de Madrid, 2006
*López Alonso, Antonio: "Carlos II, El Hechizado". Madrid, 2003.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro

Aquella fría noche del 1 de diciembre de 1868, alguien dejó un pequeño bulto a la puerta de una inclusa en Madrid. El pequeño, recién nacido, llevaba una simple manta que lo envolvía y una nota como única explicación : 

"Se llama Eloy Gonzalo García está sin bautizar y es hijo de Luisa García"

Eloy Gonzalo pasó pocos días en la inclusa. Diez días después el pequeño es adoptado por el matrimonio formado por Francisco Díaz Reyes y Braulia Miguel. 
Por la profesión del padre, que es guardia civil, el niño pasa sus primeros años entre San Bartolomé, Robledo de Chavela y Chapinería.  Dicen las malas lenguas que la pareja lo cuidó hasta que dejó de percibir la renta que recibían mensualmente de la inclusa para su manutención, momento en que fue de nuevo abandonado. Pero lo más probable es que lamentablemente los padres adoptivos murieron y Eloy se quedó otra vez solo.

Aprendió algunos oficios para subsistir, pero finalmente sólo vio una salida en el ejército en el año 1889. Sería aquí donde desarrollaría su carrera, de esta manera en 1891 ya era cabo.
No terminaron aquí sus desventuras puesto que años después descubrió que su novia, cuya boda estaba próxima pues había solicitado el pertinente permiso militar para contraer matrimonio, le era infiel con su teniente, al que amenazó con un arma; el Consejo de Guerra le condena el 25 de Abril de aquel año a 12 años y un día de prisión militar mayor, ingresando en el Presidio Militar de Valladolid.

(Eloy Gonzalo vestido de soldado)

Tuvo la oportunidad de salir de la cárcel poco tiempo después ya que se benefició del Real Decreto que permitía alistar presos, y es que España en esta época necesitaba hombres para su guerra en Cuba.

De esta manera, Eloy fue destinado al Regimiento de Infantería María Cristina núm. 63 y cruzó el Atlántico llegando a la provincia de Camagüey, en abril de 1896, al puesto de Cascorro, formado por unos fuertes que defendían la población con el mismo nombre.

El 22 de septiembre comienzan las hostilidades en este punto, pues el fuerte queda cercado por los mambises (El término Mambises (mambí, en singular) se utiliza para referirse a los guerrilleros antiespañoles de Cuba, soldados que en el siglo XIX participaron en las guerras por la independencia.) 3.000 rebeldes sitiaron a 170 españoles hostigándoles  con cañones. El bombardeo era constante y a pesar de la petición por parte del enemigo de que rindieran la plaza, los españoles deciden resistir con su capitán Francisco Neila al frente.

(Poco habituados a las condiciones del clima tropical, especialmente durante el verano, los soldados españoles destacados en Cuba sufrieron numerosas bajas por enfermedades. Merece la pena hacer clic en esta foto de la época.)

El principal problema del asedio es que este se estaba haciendo desde la misma población de Cascorro, algunas casas cercanas pudieron ser destruidas o desalojadas, pero otras seguían siendo el principal foco del ataque, por lo que el Capitán Neila tomó la determinación de pedir voluntarios para incendiarlas.
Para ser el elegido, Eloy Gonzalo aduce ser huérfano y soltero y por lo tanto no tener a nadie a su cargo.

"Soy inclusero y no dejo a nadie que me llore o me precise"

Pidió una lata de petroleo para incendiar la casa y una cuerda para que le atasen y que cuando cayera muerto su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compatriotas.

Salió del fuerte corriendo todo lo que pudo mientras las balas silbaban a su alrededor, logró llegar a la casa y utilizar el combustible para provocar un enorme incendio que la devoraría en poco tiempo, aún así pudo salir de aquel infierno y regresar a duras penas al fuerte.

Tal acción hace que la moral de sus compañeros se eleve pese a lo complicado de la situación y provoca un contraataque. Pocos días después una columna española al mando del general Adolfo Jiménez Castellanos liberó la posición consiguiendo romper el cerco de los mambises que tuvieron que abandonar finalmente Cascorro.

Por su valiente acción Eloy Gonzalo recibiría la Cruz de Plata al Mérito Militar pensionada con 7,50 pesetas mensuales y el capitán Neila la Laureada de San Fernando. No por ello dejaron de combatir hasta el final, de tal manera que nuestro héroe moriría en Cuba víctima de la disentería en el Hospital Militar de Matanzas en 1897. Otras fuentes indican que la causa de su muerte fue la malaria, o incluso fiebres tropicales.

Tras la derrota final del 98 sus restos fueron repatriados y fue enterrado en el madrileño cementerio de La Almudena junto a otros destacados militares de las guerras de Cuba y Filipinas.

La gesta de Eloy Gonzalo apenas tuvo relevancia militar en la guerra. Sin embargo, la figura del héroe de Cascorro se hizo muy popular en Madrid probablemente por su condición de expósito y por la necesidad de exaltar un rasgo de heroísmo individual en una guerra.

(Fotografía de la estatua de Eloy Gonzalo de principios de siglo)

En el mismo año 1897 el Ayuntamiento de Madrid decidió homenajear a este héroe. Para ello, le dedicó una calle (la calle de Eloy Gonzalo)  y El Rey Alfonso XIII, el 5 de Junio de 1902, descubriría la estatua de Eloy Gonzalo, en la plaza de Nicolás Salmerón, a la que los madrileños no conocen sino por plaza de Cascorro, junto al Rastro.

Curiosidades :

»  La estatua es obra de Aniceto Marinas, al que se le pagan 25.000 pesetas, habiendo sido elegido su proyecto en competencia con ocho más. Tiene una altura de 2,30 metros, realizada en bronce donado por el Ministerio de la Guerra. El héroe de Cascorro está vestido con el traje de rayadillo que se usaba en campaña, lleva colgado con una correa del hombro derecho el fusil Mauser reglamentario con bayoneta calada y en esa misma mano una tea para incendiar la casa desde la que los insurrectos cubanos disparaban a su unidad; bajo el brazo izquierdo sujeta una lata de petróleo que descansa sobre la mano de ese brazo y en ella puede verse la cuerda, que también se le enrolla en el cuerpo, y que había de servir para rescatar su cuerpo si llegaba a perecer en acción tan temible y arriesgada. La actitud es aguerrida y valiente.

 (Estatua de Eloy Gonzalo en la Plaza de Cascorro de Madrid)

El pedestal, obra de José López Sallaberry (al que se le pagan 12.694,82 ptas.) lo forman tres escaños de granito, sobre ellos va un cuadro de mármol anaranjado y un rectángulo de piedra blanca labrada con recuadros de mármol gris, en dorado se lee:

frente:  

“El Ayuntamiento de Madrid a Eloy Gonzalo, 1901″

espalda :

"Cascorro 1897"

En los laterales está el Escudo de Madrid con unos adornos de bronce.

» Con ocasión de esta inauguración diría Mariano de Cavia:

“Nuestro héroe al fin puede contar con una madre, la Diputación Provincial de Madrid; y un padre, el Ayuntamiento, que así dejan patente que no le olvidan”.

» El monumento alcanzó tal popularidad que hasta hubo de ser modificado el nombre de la plaza donde se instaló, entonces Nicolás Salmerón, puesto que los madrileños pasaron a llamarla inmediatamente Plaza de Cascorro, hecho que aconsejó al Ayuntamiento cambiar el nombre de la plaza al actual de Cascorro, lo que se realizó oficialmente en 1913.

» Se llama Eloy, porque ese era el santo del día en que nació.


Gracias por algunos datos a los Amigos del Foro Cultural de Madrid.


jueves, 16 de diciembre de 2010

El tambor de Bruc anunció el fin del Imperio Napoleónico

Nos encontramos en el año 1808, las tropas de Napoleón ocupan prácticamente toda Europa y también han ocupado gran parte del territorio español, sólo algunas ciudades y otros reducidos focos son capaces de plantar cara a los imparables ejércitos napoleónicos vencedores en todos los campos europeos. Sin embargo Napoleón pronto se daría cuenta de que su guerra contra España no iba a ser tan sencilla como pensó en un principio, la recordaría siempre como "La maldita guerra de España".

La lucha contra las tropas ocupantes francesas se generalizó en todo el territorio, mientras el ejército español se recomponía poco a poco, la base de la resistencia se encontraba fundamentalmente en las milicias urbanas y en los rebeldes que se ocultaban en las montañas y serranías, como los bandoleros, que mediante su llamada guerra de guerrilla hostigaban sin descanso al francés, de tal manera que muchas veces se vieron impotentes para frenar el desgaste que este tipo de guerra les suponía.

El ejército imperial estaba preparado para destruir a cualquier enemigo en el campo de batalla, frente a frente, pero era incapaz de luchar contra pequeñas y medianas partidas que usaban la sorpresa como fuerza en su ataque.

(Esta obra de Francisco de Goya realizada en  1814 no pasó sin pena ni gloria a la Historia del Arte, ya que simbolizó para muchos el coraje y la lucha del pueblo español ante los invasores. Frente a un ejército derrotado y disperso la única resistencia ferrea que se encontró Napoleón vino de la mano del pueblo y de los rebeldes o bandoleros que formaron partidas por todo el territorio español.)

Este episodio que voy a relatar, sería uno de los muchos que se dieron en España durante esta época, algunos fueron exitosos, otros desafortunados, pero todos ellos sin duda heroicos, pues fue esta la época en la que aparecieron grandes héroes que lucharon por liberar a España de la garra napoleónica y surgieron en todas sus regiones, en Navarra, en Castilla, en Andalucía y en este caso sería en Cataluña.

Cataluña se sublevó desde el principio, pero Barcelona estaba ya ocupada por Duhesme y su “Cuerpo de Observación de los Pirineos Orientales”, que constaba de dos divisiones de infantería, la primera entre Badalona y Mataró, y la segunda (italiana) en Barcelona. También habría una brigada de caballería francesa en Barcelona, una brigada de caballería italiana en Hospitalet y Sans, y un batallón suelto de infantería guarneciendo el castillo de Figueras.

Los Somatent (del pintor Martí Alsina). Eran un cuerpo armado de autoprotección civil, separado del ejército, para propia defensa y la de la tierra. Era un cuerpo de carácter a la vez policial (en el ámbito local) y militar (en el general).

Uno de los principales focos de insurrección se dió en Manresa, para sofocarla, el 4 de Junio de 1808 un ejército francés compuesto por 3.800 hombres y comandados por Schwartz salió de Barcelona.

Para llegar a su destino tenían que atravesar el paso de Bruch. Las instrucciones de Schwartz eran dirigirse por Molins de Rey y Martorell hacia Manresa, exigir allí una contribución de 750.000 francos y castigar a los cabecillas de la rebelión, destruir los arsenales que allí hubiera y después dirigirse por Cervera hacia Lérida, tomarla y cobrar una contribución allí de 600.000 francos, después de esto debería acudir hacia Zaragoza para encontrarse con Lefevbre y entregarle esos dineros para pagar a las tropas.

Lo cierto es que era una gran empresa para tan poco ejército, pero el arrojo y valentía de las invictas tropas francesas era grande y se pusieron en camino.

Ese mismo día la marcha se ve interrumpida por un gran aguacero que hace que todo el contingente deba refugiarse en Martorell. Este contratiempo fue fundamental para que diera tiempo a organizar una contrapartida de resistencia. De esta manera se tocó a somatén (toque de alerta a base de campanas) y un grupo de somatenes y paisanos armados con hachas y escopetas que habían salido de Igualada, proclamó a don Antonio Franch como su jefe, y se dirigió a las alturas del Bruch, donde mejor podrían aguantar al enemigo.

De esta forma, días después las fuerzas francesas compuestas por soldados del Regimiento de Soldados Suizos número 1 de Wimpffen y soldados valones de la guarnición de Barcelona, se enfrentaron a una partida de voluntarios de diferentes pueblos y ciudades de Cataluña y de somatenes (muy entusiastas pero poco armados y entrenados) que formaban un grueso de 2000 hombres.

El choque fue más bien una emboscada, al llegar a la primera revuelta del camino que conduce a Igualada, los somatenes que habían cortado el paso con troncos y habían hecho algún parapeto precario, comenzaron a disparar desde un bosque de pinos cercano. Schwartz consiguió desplegar uno de sus batallones y expulsó del bosquecillo a los emboscados, persiguiéndoles hasta Casa-Masana, donde se encontraron con que allí acudían todos los somatenes de la comarca, así como otros destacamentos. El batallón francés por tanto se vio sorprendido y se retiró en desorden hacia el Bruch perdiendo unos 300 hombres.

En Bruch se encontraba el resto de las fuerzas francesas, Schwartz intentó formar un gran cuadro con todas las tropas que pudo juntar y contraatacar a los catalanes.

(El tamborilero de Bruch)

Aquí es donde surge la historia del Tambor del Bruc (o del Bruch). Esta historia cuenta el episodio del joven pastorcillo que acompañaba a las tropas catalanas y que puso en fuga a las tropas napoleónicas. Isidre Lluçà i Casanoves, el niño de la historia, no podía combatir por su edad, pero quiere ayudar a su pueblo contra los franceses, así que toma su tambor y se pone a tocar. El eco de las montañas de Montserrat hace que dé la impresión de que son miles de tamborileros y por lo tanto los franceses dedujeron que se enfrentarían a un ejército enorme, decidieron huir y no plantar batalla y el ejército francés se batió en retirada.

Al principio las tropas de Schwartz se replegaron con cierto orden, perseguidos de cerca por los somatenes, pero al llegar a Esparraguera se encontraron el camino cerrado y a los lugareños atrincherados, así que tuvieron que dividirse campo a través, perdieron una pieza de artillería y se desordenaron según caía la noche, regresando a Barcelona en la madrugada del día 7 en estado lastimoso.

Esta fue la primera refriega del Bruch, pero habría una segunda. Duhesme juntó más tropas, y lo intentó con una división entera, pero otra vez se encontró con la resistencia de los valerosos somatenes y de los guardias valones y los suizos, y además habían recibido algún viejo cañón, que junto con el capturado a Schwartz cerraron el paso a las columnas francesas. Duhesme también se echó atrás esta segunda ocasión y esto sirvió para que toda Cataluña se levantara en armas enardecida por estas dos acciones victoriosas. Fue la primera victoria que España, gracias a los voluntarios catalanes, obtuvo sobre las armas de Napoleón que tenían fama de invencibles.

Dos meses y medio después los ejércitos de Napoleón eran derrotados completamente por el ejército español en Bailén, era el comienzo serio del proceso de expulsión de los franceses de España y la primera gran derrota de un ejército napoléonico.

(La Batalla de Bailén se libró durante la Guerra de la Independencia Española. Tuvo lugar el 19 de julio de 1808 junto a la ciudad jienense de Bailén. Enfrentó a un ejército francés de unos 21.000 soldados al mando del general Dupont con otro español más numeroso (unos 27.000) a las órdenes del general Castaños. Fue la primera gran derrota de un ejército napoléonico)

No fue el fin de la historia, posteriormente Napoleón en persona llegaría a España con su viejo ejército y más de 150.000 hombres curtidos en los campos de Europa y cambiaría la historia inclinándose de momento la balanza de nuevo hacia el lado francés. 

Sin embargo algo había cambiado. Se había demostrado que los franceses no eran imbatibles por lo que la moral no decayó en Cataluña ni en el resto de España de tal manera que años después tras el empecinamiento de los rebeldes españoles, el ejército, la población etc... se consiguió echar poco a poco a los franceses. España no vencía en todas las ocasiones, pero luchaba siempre y finalmente, sería España el primer frente donde Napoleón comenzó a perder la guerra. Quizás todo gracias a un niño y  el redoble de su tambor que consiguió despertar de su letargo a la dormida España.

Curiosidades:

» Años después Napoleón escribiría de su puño y letra en referencia a la guerra contra España :

"Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido."

Escribiría también desde su exilio en Santa Elena :

“Los españoles desdeñaron el interés para no ocuparse más que de la injuria (...) todos corrieron a las armas. Los españoles en masa se condujeron como un hombre de honor”

» En Bruch, hay un monumento, y una inscripción, que dice:

Viajero, para aquí, que el francés también paró,
el que por todo pasó no pudo pasar de aquí.

» Somatén es en catalán 'sometent' que parece que deriva de la raíz 'so' sonido y 'emetre' emitir. En origen es un cuerpo armado popular para la defensa contra los bandidos que se agrupaba y convocaba por medio del sonido (el toque de sometent).

» El enfrentamiento de Bruch sucedió veintinueve días después del sangriento 2 de Mayo de 1808 en Madrid, fecha del comienzo de la Guerra de la Independencia de España.

 (Estatua ecuestre de un bandolero en el pueblo de Ronda)

Algunas cifras de la Guerra de la Independencia:

» La sangría que la guerrilla produjo en las fuerzas armadas francesas fue muy importante. Si los napoleónicos (según el historiador militar B.H. Liddle Hart) en sus enfrentamientos contra los británicos en la Península tuvieron unas 45.000 bajas en 5 años y las bajas totales francesas se calculan en unos 250.000 hombres en España, podemos deducir que unos 200.000 soldados franceses murieron frente al ejército regular español y sobretodo frente a las guerrillas de bandoleros.

» En cuatro años de guerra 1808-1812 hubo cerca de 300.000 soldados napoleónicos en España, un ejército bien instruido, equipado y disciplinado. Tuvieron enfrente al ejército español compuesto por unos 150.000 hombres peor equipados y entrenados, formados en gran parte por levas inexpertas aunque muy voluntariosas. Fueron ayudados por unos 60.000 efectivos entre ingleses y portugueses. Los franceses hubieran derrotado sin paliativos a sus contrincantes de no ser por la enconada oposición de la guerrilla española que planteaba un tipo de guerra desconocida y alejada del campo abierto donde no hubiera tenido nada que hacer frente al ejército imperial. A base de emboscadas y sabotajes mermaron la capacidad del mejor ejército de Europa en ese momento.

El oficial de inteligencia británico Edgard Cocks escribiría :

“Las guerrillas españolas que llevaron a cabo  misiones secretas tras las líneas francesas con ayuda de los guerrilleros, han hostigado mucho al enemigo; son muy eficaces porque le obliga a la creación de numerosos destacamentos para poder asegurar las comunicaciones y ejercer algún tipo de autoridad sobre los recursos del país”

El general francés Auguste Julián Bigarré, ayudante de campo de José I, afirmó que :

“Durante la guerra de España las partidas han afectado a las tropas francesas mucho más que los ejércitos regulares; se ha admitido que las mismas asesinaban no menos de 100 hombres por día. Eso quiere decir que, en el espacio de cinco años, han matado a 180.000 franceses …”

 Uno de los primeros historiadores de la contienda, el fraile agustino Salmón, lo expone también con bastante claridad:
 
“No es posible hacer un retrato completo de la deuda que pesa sobre la nación hacia esas valientes partidas. Aunque no podían decidir su sino con un solo golpe, mantenían la esperanza e inspiraban a quienes estaban asustados o desesperados […] Al mismo tiempo, no cejaron en su acoso al enemigo, arruinándolo poco a poco con pequeñas refriegas y reduciendo su área de dominación al espacio físico que ocupaba”.

En definitiva, las guerrillas constituyeron la mayor amenaza para los ejércitos de Napoleón. Por sí solas no hubieran podido derrotar al invasor, pero fueron un elemento determinante para su desgaste y acoso. El segundo factor determinante fue la resistencia tenaz del pueblo y por último la labor fue completada con el ejército y grandes generales como Palafox o Castaños para llegar a la victoria final.

Fin.

lunes, 13 de diciembre de 2010

El final de Carlos V : El paludismo y su dedo meñique

“Deseo retirarme entre vosotros a acabar la vida y por eso quería que me labrásades unos aposentos en San Jerónimo de Yuste”. 

Así escribió Carlos V a Fray Juan de Ortega (autor del Lazarillo de Tormes) cuando abdicó definitivamente al trono en 1555. A sus 53 años estaba cansado y envejecido, tal y como describe el embajador veneciano Federico Baodaro:

“Su estatura es mediana, y su aspecto grave. Tiene la frente amplia, los ojos azules y de expresión enérgica, la nariz aguileña y un poco torcida, la mandíbula inferior larga y ancha, lo que le impide unir los dientes y hace que no se entienda con claridad el final de las palabras que pronuncia. Los dientes de delante son escasos y cariados; su tez bella, su barba corta, erizada y canosa. Los miembros de su cuerpo bien proporcionados”.

Carlos V (en la imagen, el tercero empezando por la izquierda) y su familia.

Tras un largo viaje no exento de avatares, emprendido en septiembre de 1556 en Bruselas, llega a Yuste en febrero de 1557, acompañado de su séquito y de su extraordinaria colección de relojes. Durante su retiro, el Emperador se dedicó a la lectura de la Biblia y de las obras de Fray Luis de Granada, y siguió cultivando su desmesurada afición culinaria, tal y como describió el doctor Matisio:

“Salvo manifiesto empeoramiento de su salud, no perdona el cordero asado; el buey o la ternera, al horno, hervidos o cocidos; conejos y capones al horno; liebres, perdices, truchas, pescado fresco, si lo hubiere. Toda clase de repostería, dulces, compotas, mermeladas, barquillos, y en su temporada, los melones, que él mismo siembra en su jardín de Yuste, y hasta defiende entre sus criados, porque considera que es mejor un ruin melón que un buen pepino”.

Debido a esto, Carlos V sufrió importantes ataques de estreñimiento, hemorroides y gota, uno de ellos le dejó el brazo izquierdo casi paralizado y el brazo derecho tan afectado que casi no podía escribir; sin embargo, hizo caso omiso a los consejos de Luis Quijada: “La gota se cura tapando la boca”.

En el verano de 1558, comienza de forma brusca con episodios de fiebre alta, sudoración, pérdida de su voraz apetito y decaimiento extremo, postrándolo en cama, con la boca entreabierta y con abundantes secreciones respiratorias que era incapaz de expectorar. En esta agonía pasó el monarca un mes. Pese al tratamiento con sangrías y purgantes, su salud empeoró progresivamente hasta su fallecimiento el 21 de septiembre de 1558, a los 58 años de edad, tras pronunciar su última palabra: “Jesús”.

Curiosidades:

• Se sabe que Carlos V falleció de paludismo (malaria) causado por la picadura de un mosquito proveniente de las aguas estancadas de uno de los estanques construidos por el experto en relojes e ingeniero hidrográfico Torriani.

 (Mosquito Anopheles)

• La malaria (del italiano medieval mala aria – mal aire) o paludismo (del latín palus – pantano) es una enfermedad parasitaria, producida por las especies del Plasmodium,  que se transmite por la picadura de la hembra del mosquito Anopheles

 (Glóbulos rojos parasitados y rotos)

En el humano, se multiplican en el hígado y posteriormente infectan los glóbulos rojos, reproduciéndose también en su interior, provocando la ruptura de los mismos y ocasionando por tanto, los clásicos síntomas de fiebre alta, ictericia (coloración amarilla de la piel), dolores musculares, cefalea, anemia grave etc, síntomas que se reproducen cada 2 ó 3 días (al completarse el ciclo eritrocítico o asexual de Plasmodium), dejando de esta manera al organismo exhausto, pudiéndose llegar al coma, al shock, a la insuficiencia renal y, finalmente, a la muerte si no se trata. Es lógico pensar que las numerosas sangrías practicadas al Rey no hicieron más que empeorar su ya precario estado de salud.

(Plasmodium Falciparum)

• En 2004, los doctores Julián de Zuluaga, Pedro Alonso y Pedro L. Fernández, consiguieron analizar una falange del dedo meñique del Emperador, demostrando la presencia de cristales de ácido úrico (que ocasionaron la famosa gota), así como los parásitos causantes del paludismo.

El meñique del Rey tiene también una curiosa historia: durante la Revolución Gloriosa, en 1868, unos revolucionarios exhumaron el cuerpo del Rey. Se dice que el Marqués de Villaverde consiguió, tras sobornar con 20 reales a uno de los guardianes de la cripta, una falange del dedo meñique. Posteriormente se arrepintió, devolviéndolo al Rey Alfonso XIII, quien lo depositó en una urna en El Escorial, cerca de donde reposaba el cuerpo del Emperador. Transurridos los años, el Dr. Julián de Zuluaga (experto en medicina tropical) vio en un periódico la fotografía de un soldado republicano abrazado a una momia: era el cuerpo momificado de Carlos V, nuevamente exhumado durante un asalto a El Escorial, en la Guerra Civil Española. 

 (Momia del Emperador Carlos V)

El Dr. Julián de Zuluaga pidió permiso al Rey Juan Carlos I para exhumar de nuevo el cuerpo y analizarlo en busca del paludismo. Don Juan Carlos no lo concedió, pensaba que bastantes avatares había sufrido la momia como para volverla a manipular. En el 2004 un alto cargo del Patrimonio Nacional,  informó a Julián de lo ocurrido en la Gloriosa, del arte de los marqueses de Villaverde, y de la decisión de Alfonso XIII., por lo que volvió a solicitar autorización al Rey Don Juan Carlos para analizar únicamente el dedo meñique, permiso que finalmente le fue concedido, y gracias al cual sabemos la verdadera causa del fallecimiento de Carlos V.

Gracias a la colaboradora Dra. Raquel Monsalvo, especialista en Medicina Interna.

viernes, 10 de diciembre de 2010

La mayor Batalla Medieval. Los reyes españoles unidos en Las Navas de Tolosa (3ª Parte)

En lo más duro del combate, el Rey Sancho de Navarra y parte de sus caballeros, consiguieron romper el infranqueable muro de esclavos y lanzas, rompió las cadenas que rodeaban la tienda, desde entonces y hasta hoy en día esas serían las cadenas que representan el escudo de Navarra.  En este caos de sangre y destrucción el califa pudo junto a algunos de sus más leales hombres emprender la huida hacia Baeza, abandonando a sus propias tropas.

 (Magnífico tapiz que representa el momento álgido de la batalla de las Navas de Tolosa, cuando el rey de Navarra rompe el muro de la temible guardia negra formada por esclavos unidos entre si mediante cadenas. Merece la pena pinchar sobre la imagen para ampliarla)
 
Con la huida del califa empezó una verdadera masacre que terminó al caer la noche. El degüello dentro de la empalizada del califa fue terrible. El hacinamiento de defensores y atacantes en este punto y la conciencia de estar dilucidando la suerte suprema de la batalla, espolearía el desesperado valor de unos y otros. En las Navas, los arqueros musulmanes, principal y temible enemigo de los caballeros, sobre todo por la vulnerabilidad de sus caballos, no podrían actuar debidamente cogidos ellos mismos en medio del tumulto. La carnicería en aquella colina fue tal que después de la batalla, los caballos apenas podían circular por ella, de tantos cadáveres como había amontonados. El ejército de Al-Nasir se desintegró. En la terrible confusión cada cual buscó su propia salvación en la huida, incluido el propio califa.

 (Fragmento de eslabones de cadenas que unian el ejército de esclavos en Las Navas de Tolosa conservados en la sala capitular de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles, en la capilla de San Agustín donde se guardan los restos de Sancho el Fuerte)

Los cristianos dieron caza sin piedad a los musulmanes fugitivos, hasta el propio Rey Alfonso VIII al escribir al papa dijo :

"Matamos más durante la persecución que durante la batalla"


(Pendón de las Navas de Tolosa. Es un rico tapiz almohade, tejido en oro y plata sobre seda, que estaba en la tienda del califa, se conserva en el Monasterio de las Huelgas Reales en Burgos)
 
Consecuencias :

Pocos días después de la batalla y sin apenas resistencia, los cristianos entraban ya en Andalucía, entraban en Vilches, Baeza fue incendiada y Úbeda fue tomada al asalto por las tropas de Aragón convirtiéndola en un montón de ruinas humeantes. Posteriormente el Rey de Castilla abandonaba Sierra Morena. La Reconquista se ponía, tras más de 500 años, del lado de los reinos cristianos, pero todavía faltaban casi 300 años de lucha para llegar al final de esta epopeya que duró 800 años. Esta batalla definió el inicio de la superioridad militar, económica y política de los reinos cristianos y marcó definitivamente el inicio de la decadencia de la civilización árabe en la Peninsula Ibérica. 


La unión de los reinos cristianos de la Península logró una vistoria sin paliativos sobre el Imperio Almohade, a partir de este momento se produjo el momento de inflexión en la Reconquista, la balanza se inclinó a favor de los cristianos 500 años después de la invasión musulmana)

Me permito poner en estas páginas de España Eterna el relato que Arturo Pérez Reverte hizo sobre este acontecimiento de vital importancia para la historia de España.

"En el cerro de los Olivares, cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de flechas de los temibles arcos almohades, intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el Corán, o hacía el paripé de leerlo -imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La vanguardia cristiana, mandada por el vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la primera línea enemiga y quedó frenada en sangriento combate con la segunda. Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras luchar igual que leones de la Metro Goldwyn Mayer. Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares como núcleo duro, sin lograr romper tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban por la victoria, sino por la vida. Junto a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros templarios, calatravos y santiaguistas, revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando el rey Alfonso,  visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó:

«Aquí, señor obispo, morimos todos».

Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia:

Tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria. "

(Arturo Pérez Reverte)

 (Monumento a la Batalla de Las Navas de Tolosa en la Carolina, Jaén)
 
Curiosidades :

»La batalla de las Navas de Tolosa contribuyó nuevamente al desmembramiento de Al-Ándalus en reinos de Taifas, lo que favoreció que fuesen cayendo uno tras otro ante el empuje cristiano, hasta quedar como último vestigio musulmán el reino de Granada (actuales provincias españolas de Granada, Málaga y Almería), gobernado por la dinastía nazarí. El reino sobreviviría precariamente hasta que Boabdil “el Chico”, último rey musulmán español, entregó las llaves del reino a los Reyes Católicos y se retiró a África. Era el 2 de febrero de 1492.

»Actualmente existe un museo en el mismo lugar donde se desarrolló la batalla, más información en : http://www.dipujaen.es/microsites/museo_navas_tolosa/el_museo.html

»La precipitada huida del califa del campo de batalla proporcionó a los cristianos un ingente botín de guerra. De este botín se conserva la bandera o pendón de Las Navas en el Monasterio de Las Huelgas en Burgos. Se considera el mejor tapiz almohade de los que hay actualmente en España.

»Cuando Carlos III colonizó estas tierras siglos después, fundó La Carolina y una aldea dependiente de ella, llamada «Venta de Linares» por existir allí dicha venta. Posteriormente se le cambió el nombre inicial por el de «Navas de Tolosa» en honor a la célebre batalla, hecho que ha creado confusión, frecuentemente, en la situación del lugar auténtico de celebración de la batalla.

»Los trofeos de la Batalla de Las Navas de Tolosa se encuentran en la iglesia de San Miguel Arcángel de Vilches y están compuestos por la Cruz del Arzobispo D. Rodrigo Ximénez de Rada, una bandera, una lanza de los soldados que custodiaban al califa y la casulla con que el arzobispo ofreció misa el mismo día de la batalla. Actualmente están expuestos en esta iglesia para que puedan ser visitados sin ningún tipo de problema.

»La fortaleza de Calatrava la Nueva, cerca de Almagro, fue construida por los Caballeros de la Orden de Calatrava, utilizando prisioneros musulmanes de la batalla de Las Navas de Tolosa, de 1213 a 1217.

»En el Monasterio de Santa María de Huerta, en la provincia de Soria, se conserva una imagen románica de la Virgen que según la tradición es la que llevaba en su silla de montar Ximénez de Rada en la batalla de las Navas de Tolosa. El maravilloso receptorio, único en el mundo, de este monasterio se construyó en agradecimiento a la victoria en las Navas de Tolosa.


Fin.

martes, 7 de diciembre de 2010

La mayor Batalla Medieval. Los reyes españoles unidos en Las Navas de Tolosa (2ª Parte)

El 20 de Junio de 1212 un inmenso ejército cristiano parte de Toledo hacia Sierra Morena en busca de los almohades, esta fuerza estaba compuesta por las tropas castellanas al mando del rey Alfonso VIII de Castilla, el alma de la batalla y el coordinador, junto con 20 milicias de Concejos Castellanos, entre ellas las de Medina del Campo, Madrid, Soria, Palencia, Almazán, Medinaceli, Béjar y San Esteban de Gormaz. Constituían el grueso de las tropas cristianas. Su abanderado era Diego López II de Haro, quinto señor de Vizcaya. A este caballero encomendó Alfonso VIII el reparto del botín tras la batalla, del que dicen las crónicas castellanas que no se quedó nada para su propio provecho.

Las tropas de los reyes Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón y Alfonso II de Portugal. Sumaban otro importante contingente, en su mayoría aragoneses almogávares que al año siguiente lucharían en la Batalla de Muret. Las tropas portuguesas acudieron a la llamada de la cruzada, pero no contaron con la presencia de su rey.

(Los 4 reyes protagonistas de algún modo en la batalla de las Navas de Tolosa, de izquierda a derecha y de arriba a abajo : Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón y Alfonso II de Portugal. Este último no estuvo en la batalla, pero tuvo su representación en las tropas portuguesas que allí se encontraban)

También se encontraban allí las tropas de Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Orden de San Lázaro, Temple y San Juan (Malta).

Hubo representación de un gran número de cruzados provenientes de otros estados europeos o ultramontanos, llamados así por haber llegado desde más allá de los Pirineos. Su número es discutible, si bien muchos de ellos no llegaron a participar en la batalla. Entre los convocados extranjeros figuraban también tres obispos, los de las ciudades francesas de Narbona, Burdeos y Nantes.

Al igual que el portugués, tampoco participó en la contienda el rey de León Alfonso IX; aunque ansiaba acudir a la batalla. Convocó una Curia Regia que le recomendó que exigiera condiciones para participar en la campaña, y así, Alfonso IX respondió a su homólogo castellano que acudiría gustoso en cuanto se le devolvieran los territorios que le pertenecían. Por ello, Alfonso VIII pidió la mediación del Papa, para evitar cualquier ataque leonés. Inocencio III accedió y amenazó con la excomunión a todo aquel que se atreviera a violar la paz mientras los castellanos lucharan contra los musulmanes. Este hecho contrasta con lo sucedido años atrás, cuando el mismo Papa había obligado al monarca castellano, sin éxito, a devolver esos castillos a Alfonso IX.

(El Rey Alfonso IX de León estuvo ausente en la Batalla de las Navas de Tolosa, entre otras cosas por sus desavenencias con el reino de Castilla, pese a lo cual realizó una gran actividad de reconquista, recuperando para la Cristiandad las ciudades de Cáceres, Montánchez, Mérida y Badajoz.)

Ante esto, para no romper el edicto del Papa y evitar la excomunión, el rey leonés se dedicó a recuperar sólo aquellas plazas que estaban dentro de las fronteras de León, evitando así el enfrentamiento en tierras castellanas. No obstante, y a pesar de ir en contra de sus intereses a corto plazo, consintió que acudieran a la batalla contra los almohades tropas y caballeros leoneses, gallegos y asturianos, de los cuales destacan: don José Bernaldo de Quirós, Vizconde de las Quintanas y Señor de Quirós, don Manuel de Valdés, don Fernando Lamuño y Lamuño, Señor de Salas y don Francisco de la Buelga, Caballero de la Orden de Santiago. 

 
(La caballería ligera árabe era muy eficaz frente a la caballería pesada cristiana, sus movimientos eran rápidos y envolventes, solían atacar y retirarse muy rapidamente siendo especialmente letales con sus arcos que manejaban con destreza sobre el caballo)

Tomaron la fortaleza de Calatrava el día 1 de junio, el rey de Castilla tuvo especial cuidado en que no hubiera saqueos lo que disgustó enormemente a los cruzados europeos que eran en gran parte auténticos soldados de fortuna. Debido a ello estas fuerzas abandonaron en su mayor parte al ejército del rey y marcharon a sus respectivos paises. Afortunadamente el hueco que dejaron no fue tan grande pues vino para ayudar en la cruzada el rey Sancho VII de Navarra aunque con un limitado contingente de caballeros.

Las fortalezas fueron cayendo: Alarcos, Caracuel, Benavente y Piedrabuena. Los musulmanes se apostaron fuertemente en el paso de Losa (actual Despeñaperros), un angosto desfiladero que debían atravesar las huestes cristianas. En este punto, cuenta Ximenez de Rada en el libro "Historia de los Hechos de España" que :

"Sólo mil hombres podrían defenderla de cuantos pueblan la tierra"

Providencialmente, un pastor, conocedor como nadie de aquellas gargantas, les indicó un paso alternativo para evitar el de Losa, y de esta forma pudieron cruzar sin mayores contratiempos, el paso por el que cruzaron se llamó "Paso del Rey" por este motivo. Así llegaron al otro lado, a la meseta de Las Navas y comprobaron con estupefacción que allí estaba acampado el enorme ejército almohade en un terreno elevado y en posición de combate.

(El pastor que mostró a los cristianos un paso alternativo del desfiladero de la Losa, unos aseguran que era un ángel del cielo y otros dicen que era humano y se llamaba Martín Halaja)

Los cristianos, agotados por los largos días de marcha, se instalaron a su vez en otro terreno elevado, llamado desde entonces "La Mesa del Rey". Los almohades intentaron provocarles para que entraran en combate con la ya descrita técnica del Tornafuye, pero esta vez los caballeros cristianos optaron por la prudencia y los reyes no cayeron en el juego, repelgando todo el ejército y esperando un momento más oportuno. Por otra parte, esta vez el ejército cristiano era más numeroso que en Alarcos con lo que una maniobra envolvente no hubiera surtido efecto.

La Batalla:

Las crónicas islámicas hablan de 600.000 combatientes cristianos y las crónicas cristianas hablan de 500.000 efectivos musulmanes, sin embargo y por conclusiones a las que han llegado estudios actuales, lo más probable es que no llegaran a 200.000 efectivos en total, aún así es una cifra inmensa para un ejército de la época, entre todos ellos formarían un enorme mar de espadas, armaduras y caballos. Este choque debió de ser uno de los más espectaculares de la historia medieval de Europa.

Los caballeros cristianos estaban armados con pesados escudos, caballos de batalla, cotas de malla, yelmos de metal y de cuero, lanzas y espadas, la infantería con alabardas, espadas, arcos y cuchillos. La parte musulmana iba armada con escudos más ligeros de cuero y madera y los peones, muy numerosos, con lanzas, espadas, cuchillos y sobretodo arcos para frenar las embestidas de los caballeros cristianos.

(Las órdenes militares tuvieron un destacado papel en la batalla. Eran monjes y a la vez guerreros. Según la leyenda, la primera orden militar se creó en 312 d. C. El emperador Constantino el Grande, en vísperas de la batalla contra Majencio en puente Milvio, vio una cruz en el cielo con el lema «In Hoc Signo Vinces» («Bajo este signo vencerás»). Constantino hizo caso, llevando el signo a batalla. Tras la victoria dio libre culto a los cristianos, y armó a los primeros cincuenta caballeros, la Caballería Aurata Constantiniana.)

Al amanecer del lunes 16 de junio de 1212, los contendientes se encontraban frente a frente. En el centro del ejército cruzado se situaron el Rey Alfonso VIII y el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada por parte de Castilla; El Rey Pedro II de Aragón se colocó con sus tropas en el flanco izquierdo, y el Rey Sancho VII de Navarra con sus caballeros y junto a la milicia municipal castellana en el flanco derecho. A la batalla no acudieron los reyes de León ni de Portugal, pero permitieron que sus vasallos se incorporaran a la batalla. De este modo, muchos leoneses, asturianos y gallegos participaron en el combate.

Los musulmanes pusieron a sus tropas de élite a la vanguardia, los temibles beréberes (llamados voluntarios de la fe) compuestos en su mayor parte por arqueros cuya misión era desordenar los embites cristianos y sembrar la muerte bajo su luvia de flechas. En los flancos laterales se situaron las caballerías ligeras almohade y andalusí con la misión de hostigar por los flancos al grueso cristiano. Destacar los contingentes de arqueros a caballo turcos conocidos como Agzaz. Esta unidad de mercenarios de élite había llegado a la Península tras haber sido capturados en lo que ahora es Libia durante la guerra que mantenían los almohades del Magreb con los ayubíes de Egipto.

(Lienzo de Francisco de Paula Van Halen, Colección del Senado representa la batalla de las Navas de Tolosa el 16 de julio de 1212. Puedes pinchar sobre él para ampliarlo)

Comenzó la encarnizada batalla, la llanura se llenó de polvo, de gritos de muerte y rabia, de corazas destrozadas, lluvias de flechas, hombres que caían por doquier haciendo nacer allí mismo un río de sangre que tiñó la tierra. Un aparente caos que no lo era tanto pues los caballeros cristianos resistian a duras penas los embates de forma organizada y a la vez lanzaban coordinadas oleadas al centro musulman evitando las maniobras envolventes que pretendían atraparles. Esta estrategia del cuerpo a cuerpo favorecía al ejército cristiano, pues hacía inoperantes a los temibles arqueros bereberes que necesitaban distancia para ser efectivos.

  (Disposición de las tropas en la batalla, puedes hacer clic en la imagen para ampliarla)

La carga inicial de la vanguadia cristiana arrolló a los bereberes de la primera linea almohade, pero fue detenida al alcanzar el cuerpo central del enemigo. Carga entonces la segunda linea cristiana para auxiliar a la primera y a esta le sucede una tercera carga ordenada por el mismísimo Rey de Castilla. Su carga fue respaldada entonces por el embate del Rey de Aragón y también por la del Rey de Navarra, fue la de este último la que llegaría incluso hasta la línea de esclavos armados con lanzas que protegían el palenque del califa (era la llamada Guardia Negra o imesebelen, integrada por soldados-esclavos fanáticos procedentes del Senegal)

Era la guardia personal de Mohamed Al-Nasir, constituida por miles de esclavos negros encadenados entre si (para que no les quedara otra alternativa que luchar o morir) que formaban con sus picas un verdadero muro de hierro en torno a la tienda real. En medio de todos ellos estaba el califa que observaba la batalla con un Corán en la mano.

En el próximo capítulo, el desenlace y las consecuencias y otras curiosidades.....(Continuará)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...